Francia y Reino Unido presionan a Siria y Rusia para frenar ataques

El ministro de exteriores británico Boris Johnson criticó «el bombardeo de civiles y la matanza indiscriminada de mujeres y niños inocentes» en Alepo

EFE

Los ministros de Exteriores de Francia, Jean-Marc Ayrault, y Reino Unido, Boris Johnson, apoyaron mantener la presión sobre el régimen sirio y Rusia para terminar con los ataques en Alepo (norte de Siria), aunque se mostraron cautos sobre la posibilidad de aplicar sanciones a Moscú.

«Es importante que los europeos den un mensaje claro y firme. Lo que pasa en Alepo es una catástrofe humanitaria», dijo a su llegada a un Consejo de ministros de Exteriores de la UE el titular francés, quien pidió «hacer todo lo posible» para el cese de los bombardeos y para que la ayuda humanitaria llegue a la población.

También hizo hincapié en la necesidad de «retomar el proceso de paz», ya que «no hay otra vía» para resolver el conflicto, consideró Ayrault.

El ministro galo indicó que «hoy la situación está bloqueada», y criticó la «lógica de destrucción» en la que están metidos el régimen de Bachar al Asad y Rusia.

Ayrault dijo que los ministros debatirán hoy «todas las maneras de hacer presión» sobre el régimen sirio y sus aliados y señaló que cuanto más demuestre la UE su «unidad y determinación más podrá hacer avanzar la exigencia moral del fin de la masacre de la población de Alepo».

Consideró que la UE no puede «callar y cerrar los ojos», y dejó claro que el objetivo de Francia es «seguir la lucha contra el terrorismo», no solo contra el Estado Islámico sino también con otros grupos como Al Qaeda.

Por su parte, Boris Johnson criticó «el bombardeo de civiles y la matanza indiscriminada de mujeres y niños inocentes» en Alepo, e indicó que la UE hablará hoy de «cómo mantener la presión sobre el régimen de Al Asad» y el Gobierno ruso.

Recordó que entre las medidas que aplica la UE hay ya sanciones económicas y una «enorme presión, de una forma y otra».

Johnson subrayó que la solución de Alepo «depende del régimen de Al Asad» y de Rusia, y pidió a las autoridades rusas que «elijan otro camino y vayan por la paz» y el regreso a la vía de la negociación en Ginebra.

El ministro español de Exteriores y Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, fue más allá al considerar que «si las sanciones sirven para que Rusia aproxime posiciones a las posiciones que nosotros mantenemos, sí lo soy (partidario)».

También defendió la iniciativa franco-española planteada en el Consejo de Seguridad de la ONU, que pedía un cese inmediato de hostilidades, los aviones en tierra para evitar los bombardeos y ataques militares en Alepo, ayuda humanitaria controlada por la ONU y no por las partes en conflicto «para evitar los contenciosos que se han producido», y la reanudación del acuerdo político en Lausana.

«Si las sanciones sirven para que Rusia entienda que estamos decididos a que esos puntos vayan adelante, votaremos a favor de las sanciones, pero insisto, lo importante es llegar a un acuerdo entre las partes y acabar con la tragedia humana que se está viviendo en Alepo», apostilló.

Para García-Margallo, lo urgente es «buscar un entendimiento lo más rápidamente posible entre Rusia y EEUU de un lado, y entre los otros actores que intervienen en el conflicto», como Turquía, Arabia Saudí e Irán, por otro.

Por su parte, el titular austríaco, Sebastian Kurz, dijo que la idea de nuevas sanciones contra Rusia sería «equivocada» porque «no necesitamos otra escalada», sino «negociaciones, diálogo y al final, esperemos, una solución pacífica», mientras que el alemán, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que nuevas sanciones a largo plazo no ayudarían a «mejorar la situación de los civiles».