Francia aprueba nuevas restricciones por la pandemia

Recibidas con críticas por la oposición de derecha e izquierda, el primer ministro francés, Jean Castex, alertó ante los parlamentarios que la variante británica es más peligrosa y que el virus ataca cada vez más a los jóvenes. Según Castex, no hay ningún conflicto entre el Gobierno y los científicos, como critican algunos.

Tras el discurso del Presidente Emmanuel Macron, este jueves 1 de abril, fue el turno para el Primer ministro, Jean Castex, de explicar frente a los parlamentarios las medidas tomadas para luego someterlas a votación.

Para justificar este nuevo paquete de restricciones que extiende el confinamiento a todo el territorio de la Francia continental y que incluye el cierre de escuelas, hasta ahora una línea roja del ejecutivo, Castex explicó que la variante británica que “sabemos hace meses es más contagiosa”, es según se supo recientemente “más peligrosa”. Según el Primer ministro en cada una de sus visitas a los hospitales, «el virus ataca a pacientes más jóvenes y en mayor proporción sin factores de riesgo ligados a comorbilidades”.

Según Castex “este fenómeno no es exclusivo de Francia. Desde mediados de marzo, el número de casos diarios se ha triplicado en Alemania; aumentó en un 70% en Bélgica y en un 40% en Países Bajos”.

El Primer ministro insistió frente a los diputados que “nuestro sistema de salud ya se encuentra bajo una gran presión, y lo ha estado durante mucho tiempo. Con más de 5.000 pacientes de Covid hospitalizados en cuidados intensivos, el pico de la segunda ola ya ha pasado”, aunque recordó que el país está aún “por debajo del nivel alcanzado en la primavera de 2020”, durante la primera ola.

La elección de extender a todo el territorio de Francia continental las restricciones, se justifica también, según Castex a que “durante los últimos diez días, la epidemia se ha extendido por casi todo el territorio nacional. De los 96 departamentos metropolitanos, 92 están experimentando una aceleración de la circulación viral, con tasas a veces espectaculares: más del 20% en una semana en la mitad de los departamentos, y más del 40% de aumento en una veintena de ellos”.

Mayor control para quienes no respeten las restricciones

Después de la repetición de fiestas efímeras como el carnaval que tuvo lugar en Marsella hace algunas semanas que reunió a más de 6 mil personas sin mascarillas ni distancia social, Castex reconoció que “si bien la gran mayoría de nuestros conciudadanos cumplen espontáneamente la normativa sanitaria vigente, una minoría se niega a hacerlo”.

Por eso el Gobierno pidió al ministro del Interior que aumente el número de policías y gendarmes que controlan a estas personas que se creen “invencibles a los estragos de la enfermedad” y que organizan “reuniones festivas”, “ignoran el toque de queda o se niegan a usar mascarillas”, y anunció la prohibición del consumo de alcohol en la vía pública.

Con respecto al cierre de las escuelas durante una semana a partir del próximo lunes, y las vacaciones escolares homologadas para todos los niños de Francia entre el 12 y el 25 de abril, Castex reconoció que su Gobierno hizo todo “por evitar tomar esta decisión” y dijo ser consciente que en todos los sectores había un consenso sobre la necesidad de mantener las escuelas abiertas.

El político se jactó de que Francia «es el país de Europa que menos ha cerrado las escuelas” desde que estalló la crisis sanitaria, sólo 10 semanas en comparación con las 32 semanas que las escuelas no abrieron, por ejemplo, en Italia. “

“Siempre hemos creído que, si alguna vez tuviéramos que utilizar esta herramienta, deberíamos hacerlo como último recurso y en condiciones que minimicen su impacto. Pero está claro que las escuelas, universidades y escuelas secundarias no se libran de la epidemia. Durante las últimas dos semanas, la tasa de incidencia ha aumentado más rápidamente en niños y adolescentes que en la población general”, argumentó Castex.

Finalmente, ante las críticas de todos los sectores políticos por las vacilaciones del gobierno Macron, el jefe de Gobierno pidió a los parlamentarios “la humildad de admitir que no lo sabemos todo. Simplemente porque nos enfrentamos a un nuevo riesgo del que nadie puede decir con certeza cómo es probable que evolucione”.

Castex quiso desmentir también que haya un enfrentamiento entre el Gobierno y los científicos. Si en un primer momento eran éstos los que marcaban la pauta de las restricciones a aplicar, en el último tiempo el ejecutivo ha desoído las recomendaciones de los científicos argumentando privilegiar la situación económica o la salud psicológica de los ciudadanos.

“Gestionar una crisis sanitaria significa combinar una serie de criterios”, defendió Castex. “Quiero decirlo y repetirlo aquí frente a la representación nacional y frente a toda la Nación: no hay oposición entre el poder político y el poder médico. Pero, y este es el rol del Gobierno, también, tenemos el deber – digo el deber – de integrar en nuestra toma de decisiones otras consideraciones, que se relacionan con la dimensión social, educativa, psicológica, económica de nuestro país y nuestra sociedad. Este es el papel del político”, sentenció.

Marine Le Pen habla de Waterloo en la vacunación en Francia

Minutos después de que el presidente Macron terminara su alocución este miércoles 31 de marzo por la noche, la oposición reaccionó a la nueva lista de restricciones.

La presidenta del partido de extrema derecha Reunión Nacional (RN), Marine Le Pen, fue una de las primeras en publicar en la red social twitter. «Las medidas anunciadas por Macron resultan en particular, en una derrota en la vacunación del que no asume la responsabilidad».

«Desgraciadamente son los franceses quienes pagan las consecuencias de estos retrasos, este orgullo, estas inconsistencias, con un fuerte impacto en su vida diaria», añadió.

«¡Tercer encierro, tercer fracaso! Nada para evitar un cuarto», dijo su ex aliado Nicolas Dupont-Aignan, presidente del partido soberanista Debout la France.

Para Guillaume Pelletier, vicepresidente del partido de derecha Los Republicanos, el presidente de la República es un «tecnócrata». Es según, la aplicación del “al mismo tiempo” en su apogeo, confinando sin confinar; cerrando escuelas sin cerrarlas; ganando la batalla de la vacunación pero sin vacuna; apoyando a nuestros cuidadores pero sin medios; viviendo y trabajando sin vida ni trabajo”, denunció.

En el otro lado del espectro político, el líder del partido de extrema izquierda Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon acusó al presidente de «inconsistente». «Alumnos: algunos en la escuela, otros en casa. Toque de queda sin horarios para los trabajo alternos = atochamiento. ¿Purificador de aire? ¿Máscara FFP2 gratis? ¿Licencia de vacuna gratis? Nada. Lo siento», expresó Melenchon.

El secretario ejecutivo del partido socialista (PS) Olivier Faure, criticó a un presidente que «hizo una apuesta». «Fueron los franceses los que perdieron. Menos de 15 días después de los últimos anuncios, obviamente tenemos que cambiar de marcha (…) El ejercicio solitario del poder lo trastorna todo», dijo.

La mayoría en manos del partido La República en Marcha (LREM), en tanto, mostró su apoyo a las medidas anunciadas.

Laurent Saint-Martin, diputado de LaREM y jefe de la lista regional en Ile-de-France, pidió «estar colectivamente orgullosos de las políticas implementadas hasta ahora, nos hemos unido». “Gracias a la vacuna se va gestando la salida de la crisis: sigamos”, dijo.

Por su parte, Marc Fesneau, ministro de Relaciones con el Parlamento y número dos del partido de centro MoDem, aliado del gobierno, escribió en twitter: «sea concreto y asuma opciones. Sea humilde ante los desafíos y dificultades que estamos atravesando, la necesidad de cuestionarnos constantemente. Dar perspectivas creíbles».

AFP

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