El peronista Alberto Fernández, candidato a la Presidencia argentina por el opositor Frente de Todos y favorito en los sondeos, afirmó este miércoles que en caso de vencer en las elecciones del domingo su Gobierno va a «cuidar los ahorros y respetar los depósitos en dólares de los argentinos».
«Con nosotros (los mercados) no corren riesgo, y a los argentinos, que estén tranquilos, porque nosotros vamos a cuidar sus ahorros y respetar sus depósitos en dólares. No tienen por qué estar nerviosos», aseguró el aspirante presidencial en declaraciones radiales.
Estas declaraciones se dan en medio de nuevas tensiones financieras en los días previos a los comicios y entre gran incertidumbre en la sociedad por cómo reaccionarán los mercados a los resultados de las urnas, después de las turbulencias cambiarias y bursátiles que se registraron a mediados de agosto pasado tras el triunfo de Fernández en las elecciones primarias, por 16 puntos sobre su principal adversario, el presidente Mauricio Macri.
El peso volvió a devaluarse este miércoles frente al dólar y se anota un aumento del riesgo país, así como un progresivo descenso de las reservas internacionales del Banco Central, con las que el organismo trata de calmar la fuga de divisas.
Fernández, principal favorito para ganar las elecciones desde las primarias de agosto, cargó contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) acusándolo de ser «responsable», junto al actual presidente y candidato a la reelección, Mauricio Macri, «de lo que está pasando en Argentina».
En este sentido, el candidato peronista acusó al FMI de estar pagando con los casi 57.000 millones de dólares que prestó a Argentina «la campaña más cara de la historia, porque hicieron todo lo posible para que Macri siga siendo presidente».
Asimismo, Fernández se refirió a la estrategia electoral de Macri, basada, en su opinión, en «profundizar la grieta» entre los argentinos y «volver al discurso de 2015».
«Vi la marcha de la 9 de julio -que reunió a decenas de miles de seguidores de Macri el sábado-. Había muñecos inflables con la cara de Cristina (Fernández de Kirchner) y la gente pasaba y le tiraba piñas. ¿Por qué no hay un escándalo en esto? No se puede vivir en ese país, ese es un país delirante, absolutamente loco», aseveró.
A juicio del peronista, el actual jefe del Estado volvió en los últimos días a una «posición fetal», después de comprobar que «no le sale nada bien», y mostró su rechazo ante las críticas que recibió por presunta corrupción mientras fue jefe de Gabinete, entre 2003-2008, de los expresidentes Néstor Kirchner y la propia Fernández, quien ahora es su candidata a vicepresidenta.
«A mí lo que no me gusta es que me corran a mí con la corrupción, porque yo estuve cinco años y medio en la función (pública), me fui y nunca un juez me llamó a rendir explicaciones de nada. Macri va a tener que pasarse dando cuentas cuando se vaya, porque tiene más de 100 causas abiertas», puntualizó.
Respecto a cómo afronta la recta final de la campaña, Fernández destacó la «madurez social» y el «civismo» de los argentinos, afectados por una aguda crisis económica que se agravó tras las primarias de agosto, con la devaluación del peso y la subida de la inflación.
«En otros lugares reaccionan por el aumento del subte, y acá la gente ha dado una gran muestra de civismo y lo que hace es esperar al domingo. Creo que los argentinos aprendimos mucho después de la crisis del 2001 y no queremos repetir eso», agregó el candidato.
Integración Regional para reducir el descontento
Sobre los disturbios en Chile, que ya han provocado la muerte de 18 personas, Fernández manifestó que «la gente reacciona porque es el país más desigual de América Latina».
«Yo no me imagino si eso hubiera pasado en Venezuela hoy. Imagínense una manifestación popular que acabe con 15 muertos y 1.800 personas detenidas, con razón sería un escándalo en Argentina. Pero el macrismo lo minimiza», argumentó el peronista.
Según el candidato, lo que debe hacerse para reducir el descontento social que se vive en varios países del continente es «trabajar para unirnos regionalmente», ya que «uno de los grandes problemas es que América Latina tiene muchos bloques y ninguno funciona».
«Cuando logramos el Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), vinieron los Macri y lo destruyeron. Tenemos que poner en marcha eso, con independencia de lo que vote cada pueblo, porque eso tenemos que respetarlo», sentenció. EFE