El recién dimitido presidente de Bolivia, Evo Morales, arremetió el domingo contra la misión de auditoría electoral de la OEA que detectó irregularidades en los comicios de octubre, afirmando que adoptó una “decisión política” y no técnica.
“La comisión de la auditoría de la OEA ha tomado una decisión política” al exigir nuevos comicios en Bolivia, declaró Morales por televisión poco después de anunciar su renuncia al país luego de casi 14 años en el poder. “Algunos técnicos de la OEA están al servicio de (…) grupos de poder”, agregó.
“No tengo por qué escapar, no he robado nada”, dijo Morales, de 60 años, que dimitió tras tres semanas de protestas contra su polémica reelección y abandonado por los jefes de las Fuerzas Armadas y de la Policía.
“Aquí no termina la vida. La lucha continúa”, agregó escoltado por el vicepresidente, también renunciado, Álvaro García Linera, y de su ministra de Salud, Gabriela Montaño.
“Estamos dejando Bolivia con muchas conquistas sociales”, dijo.
“Estoy renunciando para que (los líderes opositores Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan haciendo patear a nuestros hermanos”, expresó en referencia a las agresiones a funcionarios oficialistas en el marco de las protestas de los últimos días.
“Mi pecado (es) ser indígena, ser cocalero”, afirmó, agregando que su renuncia “no es traición a los movimientos sociales”, pues “la lucha sigue”.
Morales también criticó que los opositores usaran la Biblia como arma de lucha.
“Si quieren pueden meterse con Evo y Álvaro y no con nuestras familias”, añadió.
AFP