España reiteró el lunes su oferta de permitir que el barco con 107 inmigrantes que lleva más de dos semanas en aguas del Mediterráneo atraque en un puerto español, al tiempo que criticó a Italia por impedirles llegar a la costa de una de sus islas.
El barco de rescate español Open Arms dijo el lunes que Madrid y Roma parecían haber llegado a un acuerdo para que los migrantes desembarcaran en un puerto de la isla española de Mallorca, pero el gobierno español desmintió rápidamente la existencia de tal acuerdo.
“Lo único cierto es que el gobierno de España ha ofrecido al Open Arms poder dirigirse al puerto español que esté más próximo en su ruta y que el Ejecutivo italiano está incumpliendo la ley al impedir el desembarco de los migrantes en Lampedusa o cualquier otro de sus puertos cercanos”, dijo Moncloa en un comunicado.
Los migrantes, la mayoría de ellos africanos, llevan 18 días a bordo del Open Arms cerca de la isla italiana de Lampedusa, después de que el ministro de Interior de derecha, Matteo Salvini, ordenara a las autoridades italianas que no los dejaran desembarcar. Sí permitió que 27 menores abandonasen el barco el sábado.
El Ejecutivo español dijo el lunes que no había recibido una respuesta clara de Open Arms sobre cómo proceder. La vicepresidenta española funciones, Carmen Calvo, dijo a Cadena Ser que el Gobierno “ha estado todo el fin de semana hablando con el gobierno italiano, pidiéndole que respondieran”.
Open Arms ha dicho que navegar a otro puerto distinto al de Lampedusa era “completamente incomprensible” dado el deterioro de las condiciones de los migrantes.
La navegación a Mallorca añadiría otros tres días a lo que ya es una situación complicada a bordo del barco. Menorca, la isla española más próxima al buque, tan sólo se encuentra algo más cerca que Mallorca.
España había propuesto inicialmente a Open Arms el puerto peninsular de Algeciras, ofreciendo luego puertos baleares después de que se planteasen preocupaciones sobre la larga distancia al puerto andaluz.
Carmelo La Magra, un sacerdote de Lampedusa que trabaja con migrantes en la isla italiana, dijo que cada día extra que pasa en el barco “es como la extensión de una tortura”.
“Estos son juegos políticos, tal vez una demostración de poder, pero lo que es peor es que esto se hace a costa de estas personas pobres y vulnerables”, dijo.
Salvini escribió en un comentario en las redes sociales que “no se rendía” en su postura de cerrar los puertos.