El papa Francisco aceptó la renuncia del cardenal Theodore McCarrick, que alguna vez encabezó la Arquidiócesis de Washington y fue una fuerza en la política estadounidense, luego que una antigua denuncia de abuso sexual contra un monaguillo obligara a El Vaticano a retirarlo del ejercicio público.
El Vaticano dijo el sábado que el papa Francisco aceptó la renuncia de McCarrick del Colegio de Cardenales la noche del viernes y que le ordenó «una vida de oración y penitencia hasta que las acusaciones en su contra sean examinadas en un juicio canónico».
El papa también ordenó la suspensión de McCarrick del ejercicio público y le instruyó «permanecer en una casa que se le indicará» hasta el juicio.
A McCarrick, de 88 años, se le informó hace varios meses que le Arquidiócesis de Nueva York, donde fue ordenado en 1958, estaba investigando una acusación de abuso por parte de un adolescente «de hace casi cincuenta años», dijo McCarrick en junio, cuando el papa le ordenó cesar el ejercicio público del ministerio sacerdotal.
La Arquidiócesis de Nueva York dijo antes que no daría a conocer detalles específicos sobre la acusación para proteger la privacidad de la víctima. Dijo que una junta de investigación determinó que las acusaciones eran «creíbles y justificadas». La denuncia también fue transferida a las autoridades en Nueva York, de acuerdo con la arquidiócesis.
En las semanas posteriores a que la acusación se hiciera pública, otras personas han manifestado que McCarrick abusó sexualmente de ellas, de acuerdo con reportes públicos.
El cardenal dijo en junio que estaba «impactado» por la acusación original.
«Aunque no tengo en absoluto ningún recuerdo de este abuso reportado, y creo en mi inocencia, siento el dolor por el que ha pasado la persona que presentó los cargos, así como por el escándalo que esos cargos causan a nuestra gente», dijo el cardenal en una declaración en junio.
McCarrick también fue acusado en tres ocasiones de comportamiento sexual inapropiado con adultos «décadas atrás» mientras servía como obispo en Metuchen y Newark, Nueva Jersey, dijeron los obispos actuales de esas ciudades en junio. Dos de esas denuncias terminaron en arreglos fuera de la corte, dijeron los obispos.
El cardenal no habló sobre dichas acusaciones cuando se hicieron públicas y no pudo ser contactado el sábado.