El Palacio del Congreso, el gran escenario del juramento de la Constitución de la princesa Leonor

Ante la Puerta de los Leones del Congreso, los equipos de montaje trabajan este lunes para terminar los últimos detalles de la ceremonia del juramento de la Constitución de la princesa Leonor. Gradas, tapices, alfombras y podio decoran ya el que será el escenario de un acto parlamentario cargado de simbolismo y en el que estarán congregados los tres poderes del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.

Todos ellos, junto a otras instituciones como las Fuerzas Armadas o el Tribunal Constitucional, estarán representados a lo largo de la ceremonia, cuyo desarrollo no estará limitado únicamente al Salón de Sesiones o Hemiciclo.

A partir de su llegada al Congreso, la princesa de Asturias tendrá que hacer un recorrido en el que se irán conjugando los diversos espacios de las Cortes Generales y los principales actores institucionales, poniendo relieve en el carácter constitucional del juramento. Y es que es la Carta Magna la que determina que el heredero de la Corona tiene que comprometerse a «desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas».

Tres poderes, tres espacios

La primera etapa de la jura tendrá lugar en los exteriores del Congreso. A través de la Carrera de San Jerónimo, donde estarán dispuestas varias gradas, llegarán los reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía. Serán recibidos por el representante del Ejecutivo, el presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez, y el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Teodoro López.

A los pies de las escalinatas del Palacio del Congreso y flanqueados por los leones, se dará comienzo a la ceremonia al rendir honores a Felipe VI y pasar revista al Batallón de Honores. Junto a ellos estarán también los presidentes del Congreso y el Senado, Francina Armengol y Pedro Rollán.

Estarán protegidos del sol o la lluvia bajo un gran dosel de gala rojo con un histórico escudo de España bordado en el centro, conocido como el baldaquino. Con unas dimensiones de hasta 147 metros cuadrados y un peso de alrededor 300 kilos, será colocado en la fachada principal por la Real Fábrica de Tapices y el Congreso con ayuda de los bomberos de Madrid.

Su uso no es casual: está reservado desde el siglo pasado a eventos especiales y a las visitas de los reyes al Congreso. Se ha utilizado en ocasiones solemnes como las coronaciones de Juan Carlos I y Felipe VI. Su fabricación data del 1902 con motivo de la jura del rey Alfonso XIII.

Posteriormente, subirán por las escaleras para atravesar las puertas de bronce hacia el interior de las Cortes. Aunque esta entrada es la más conocida del Palacio de Congreso, se mantiene cerrada en su día a día y su acceso está reservado exclusivamente a los eventos destacados, como por ejemplo la apertura de la legislatura.

Una vez dentro, será el turno de los saludos de los presidentes del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial. Recibirán a la familia real en el vestíbulo principal, una pequeña sala elíptica presidida por una estatua de mármol de la reina Isabel II. Ella es, precisamente, una de las herederas al trono que juró una Constitución. Tras ellas lo hicieron Alfonso XIII y Felipe VI, lo que convierte a la princesa Leonor en la segunda mujer de la Corona española en hacer el juramento.

El camino hasta el hemiciclo no termina aún. La familia real avanzará hasta el conocido como Salón de los Pasos Perdidos, donde estarán representando al Poder Legislativo los miembros de las Mesas del Congreso y del Senado. Aquí, horas más tarde, será donde Armengol impondrá a la princesa las medallas del Congreso y el Senado.

La transformación del hemiciclo

Finalmente, la familia real llegará al Hemiciclo, que con motivo de la ceremonia se ha transformado por completo. Las bancadas, que habitualmente acogen a 350 diputados, han sido desmontadas y sustituidas por 585 sillas de terciopelo granate, que darán asiento a diputados, senadores, miembros del Gobierno en funciones, presidentes de las comunidades autónomas y altos cargos institucionales.

La ceremonia transcurrirá en un estrado elevado e instalado en la zona reservada a la Presidencia del Congreso, a los miembros de la Mesa y la tribuna de oradores. Para llegar a él tendrán que acceder desde la escalera de la Galería del Orden del Día, que solo se despliega cuando el jefe de Estado acude al Hemiciclo.

A su vez, la estructura ha sido cubierta con diversos tapices y una gran alfombra, la misma que se utilizó en la jura del entonces príncipe Felipe y en su posterior proclamación como rey en 2014. También se han colocado una mesa para depositar el ejemplar de la Constitución y cerca de una treintena de asientos neoclásicos pertenecientes a Patrimonio Nacional, de los cuales cuatro estarán reservados para los reyes y sus hijas.

Toda la ceremonia se desarrollará ante el tapiz con el escudo nacional que siempre preside el Salón de Sesiones y que está flanqueado a los lados por las estatuas de los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. No son las únicas obras con referencias a la Monarquía que hay en el hemiciclo. También estará exhibido un cuadro de las Cortes Medievales que representa el momento en que la reina regente María de Molina presenta a su hijo, el infante Don Fernando, ante las Cortes de Valladolid, obra de Antonio Gisbert.

Otro símbolo de la solemnidad del evento será la presencia de los tradicionales maceros del Congreso. En la escalera de acceso al Hemiciclo, habrá dos funcionarios de las Cortes luciendo un uniforme –denominado tabardo– en terciopelo rojo ribeteado con pasamanería dorada. Se trata de una vestimenta de origen tardomedieval con escudo de las armas de Castilla y León y gorra de terciopelo con pluma.

Una vez terminado el juramento, la familia real se trasladará al último gran escenario de la jornada, el Palacio Real, donde está previsto un almuerzo oficial en honor a la princesa de Asturias. Allí, Leonor recibirá el Gran Collar de la Orden de Carlos III, la más alta distinción de orden civil que existe en España, cuyo origen se remonta al siglo XVIII. RTVE