El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Pergamino absolvió Mafalda Beatriz Secreto, acusada de asesinar y descuartizar a su pareja José Luis Arena, durante un sangriento episodio de violencia ocurrido hace tres años en la localidad bonaerense de Colón en Argentina.
El magistrado habría considerado que la mujer de 65 años era víctima de violencia de género como uno de los argumentos claves para determinar el fallo absolutorio a su favor.
“No es cierto que haya contado con otra salida, este hecho sucedió en un contexto de legítima defensa”, consideraron los jueces en el marco de la última jornada del juicio oral al que fue sometida por el homicidio del hombre de 57 años asesinado el 1 de junio de 2019 en una vivienda ubicada en la calle 11 entre 50 y 51.
De esta forma, el TOC 1 de Pergamino dio lugar al pedido de la abogada defensora Raquel Hermida Leyenda, la letrada «feminista», famosa por representar, entre otras, a Nahir Galarza, que representa a Secreto desde 2020.
Por su parte, en la audiencia de alegatos, el fiscal Ignacio Uthurry, pidió que Secreto sea condenada a 18 años de prisión por “homicidio agravado por la relación de pareja en estado de emoción violenta”.
En la sentencia, dada a conocer pasado el mediodía de este lunes, los magistrados destacaron que Arena “controlaba y disponía de la vida de Secreto”, la cual “se encontraba bloqueada directa e indirectamente”, en referencia a la directa situación de violencia que habría sufrido la imputada.
En ese sentido, el tribunal agregó que “Secreto padecía violencias de todo tipo, de manera reiterada, constante y en aumento” y que se encontraba en “una clara posición de inferioridad física y psíquica respecto de su agresor”.
Los magistrados resaltaron además que las particularidades del caso “requirieron redefinir la necesidad de la acción defensiva” e instaron a “buscar otro tipo de resolución” a la propuesta de la fiscalía.
”Las agresiones constantes que sufría Secreto generaban un peligro latente para sus bienes jurídicos, por lo que, ante esa situación de peligro, era posible emprender una acción defensiva en cualquier momento. Secreto utilizó el único medio del que dispuso para terminar con los ataques en su contra y proteger su integridad psicofísica”, concluyeron.
Mafalda, que llegó al juicio bajo prisión domiciliaria con tobillero electrónica, escuchó el veredicto en la sala, donde no pudo ocultar la emoción por el fallo. “Doy gracias a la Justicia que me escuchó. Porque le pusieron atención a la perspectiva de género. Es terrible lo que sufrimos las personas abusadas”, aseguró entre lágrimas.
Y luego agregó: “Me utilizó de mil maneras. Drogadicción, prostitución. Si yo hubiese estado en mi sano juicio, jamás lo hubiese hecho. En mi vida había tocado un arma, nunca le hubiera pegado un tiro a nadie. Siento mucha vergüenza de haber puesto en peligro a mis hijas y mis nietas. Porque las puse en peligro al ponerme en pareja con José”.
La mujer sufrió una descompensación durante su declaración en junio, por lo que tuvo que ser atendida para poder hacer la reconstrucción de la pesadilla que habría padecido en manos de Arena.
Entre los testigos citados en el proceso estuvo una ex pareja de Arena, que lo había denunciado tres veces por hechos de violencia de género y otras cinco por violar la restricción perimetral en su contra. Esta mujer era una testigo esperada en la primera audiencia del juicio, a la que faltó por un supuesto cuadro de estrés.
El crimen atribuido a Mafalda
El crimen ocurrió entre la noche del 31 de mayo y la madrugada del 1° junio de 2019, cuando Mafalda mató y descuartizó a su pareja en la casa donde ambos convivían.
El cuerpo de Arena fue descubierto la mañana del 1° de junio, cuando la mujer fue a la casa de uno de sus hermanos a confesar el crimen y que necesitaba ayuda para deshacerse del cadáver.
Sin embargo, el hombre se presentó horas más tarde en la comisaría local para informar lo que ella le había confiado.
Los policías constataron la presencia del cuerpo sin vida en la escena del crimen, ubicado en una vivienda sobre la calle 11, entre 50 y 52, donde la acusada reconoció la autoría del hecho.
El cadáver de Arena descubierto por los peritos, había sido tapado con la lona de una pileta, estaba boca abajo y descuartizado: le faltaban los miembros inferiores a la altura de la rodilla y el brazo derecho desde el codo. Además, presentaba una herida de bala, de un revólver calibre .38, en el maxilar derecho.
La autopsia determinó días más tarde que murió producto del disparo de arma de fuego, que le produjo una hemorragia y un hematoma en la nuez. También estableció que el hombre agonizó por lo menos 12 horas, mientras que los cortes fueron realizados post mortem con una moladora que la mujer había comprado un día antes en una ferretería donde le comentó a un vecino que debía cortar madera.
Mafalda, una conocida costurera en Colón, estaba divorciada y había empezado a convivir con Arena a comienzos de 2018. En una entrevista a Telefe Noticias meses después del crimen y desde la cárcel contó que al hombre lo había conocido de joven y “de grande” se reencontraron a través de Facebook. Dijo que él había sido “pirata del asfalto” pero que pensó “equivocadamente que él había dejado atrás todo eso”, por lo que decidió darle una oportunidad.
De acuerdo a su versión, al principio Arena “era encantador”, pero reveló: “Cuando empezó a tomar cocaína de nuevo (…) él empezó a ponerse violento”.
“Para ocultar los golpes yo vivía maquillándome y poniéndome anteojos de sol, siempre, porque no quería que la gente me viese golpeada”, aseguró la mujer, y continuó: “Prácticamente, como que yo estaba secuestrada por él, no me dejaba tener amigas, no me dejaba conversar por teléfono con mis hijas”.
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