La exposición Auschwitz. Not long ago. Not far away recoge en Nueva York más de 700 objetos originales del campo de concentración que lo muestran en su dualidad como lugar donde se cometió el mayor asesinato en masa de la historia de la humanidad y como símbolo del odio sin fronteras.
La exhibición recala en la urbe después de atraer a más de 600.000 visitantes a Madrid, donde se expuso en la Fundación Canal, y busca repetir el éxito con 100 nuevas piezas propiedad del Museo de la Herencia Judía, además de las 400 fotos que también forman parte del montaje.
Auschwitz. Not long ago. Not far away estará en la Gran Manzana hasta enero de 2020, fecha hasta la cual los visitantes podrán contemplar estos artefactos y materiales prestados por 20 instituciones de arte y coleccionistas privados, como la Casa de Anna Frank (Amsterdam, Holanda) o Yad Vashem (Jerusalén, Israel).
La muestra exhibe, además de cientos de objetos personales, los postes de cemento que formaban parte de la valla del campo, partes de una barraca de prisioneros, una máscara de gas de las SS o la obra de Picasso Litografía de un prisionero. Además, el montaje hace un recorrido por el ascenso y el desarrollo de la ideología nazi y el de una pequeña población polaca que terminó convirtiéndose en seña del Holocausto, donde alrededor de un millón de judíos y centenares de miles de personas etiquetadas como homosexuales, disminuidos o criminales fueron asesinados.
Gran parte del material pertenece a la colección del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, y se muestra por primera vez al público, tras ser sometido a un exhaustivo proceso de conservación.
A la exhibición original se suman las piezas de los supervivientes y liberadores que se refugiaron en el área de Nueva York, como un cuaderno de dibujos de Alfred Kantor, la trompeta del “Louis Armstrong holandés” Louis Bannet, o los visados emitidos por el diplomático nipón Chiune Sugihara, el “Schindler de Japón”.
Asimismo, se exponen el casco del líder de las SS Heinrich Himmler y su copia anotada del libro de Adolf Hitler Mi lucha (Mein Kampf). “Auschwitz no es historia antigua, sino un recuerdo vivo, que nos advierte de que estemos vigilantes y que nos persigue con el aviso de ‘Nunca de nuevo”, asegura el presidente de la Junta de Administradores del museo, Bruce Ratner, en declaraciones recogidas en un comunicado.