El Gobierno hongkonés, afín al régimen de Pekín, aseguró hoy que no cederá ante las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, después de que éste ordenara empezar un proceso para «eliminar las excepciones» por las que EEUU concede a la ex colonia británica un «trato diferente y especial» con respecto a China.
El ministro de Seguridad local, John Lee, afirmó este sábado que «EEUU no va a ganar» con sus amenazas al Ejecutivo local, que está «haciendo lo correcto» al respaldar la recién aprobada ley de seguridad nacional de Pekín para Hong Kong.
Mientras, la ministra de Justicia local, Teresa Cheng, indicó que «Trump no tiene ninguna base legal» para llevar a cabo la medida que ha ordenado, recoge la cadena de radio y televisión pública de Hong Kong (RTHK).
Asimismo, el secretario de Finanzas, Paul Chan, agregó que «la ciudad está preparada para afrontar posibles sanciones», y que el Ejecutivo está trabajando en un «plan de contingencia» en caso de que EEUU retirase el estatus especial que otorga a Hong Kong.
Trump condenó el viernes la controvertida ley de seguridad, que pretende prohibir todo acto de «subversión contra el Gobierno» central chino en esa ciudad, y ordenó a su Gobierno empezar un proceso para eliminar las mencionadas excepciones.
Manifestantes pro-Pekín se congregaron hoy frente al consulado de Estados Unidos en Hong Kong para protestar contra lo que consideran «interferencia de Washington en los asuntos internos de China».
Pese a una alerta roja por tormenta emitida hoy en la ciudad, los simpatizantes del Gobierno central organizaron dos pequeñas manifestaciones a las afueras del complejo.
Algunos aseguraron que «China no sucumbirá a la intimidación», mientras que otros instaron a otros países a no ceder ante Washington, recoge RTHK.
Entretanto, el movimiento pro-democrático de la ciudad continúa preparando su estrategia y hoy la formación Demosisto pidió a la comunidad internacional que respalde a EEUU a cuenta de la ley.
«Pedimos a más aliados internacionales que apoyen a Hong Kong. Las acciones son más fuertes que las palabras. Además de oponerse a la ley, es importante establecer herramientas para presionar a Pekín», afirmó el secretario general del partido, Joshua Wong.
«Si no se hace nada y la ley de seguridad nacional se implementa en Hong Kong, será una pesadilla. Las sanciones serían un mal menor», añadió el ex secretario general del grupo Nathan Law.
La controvertida ley de seguridad pretende, de manera muy amplia, erradicar cualquier resquicio de «injerencia extranjera» en Hong Kong y fue respaldada el pasado jueves por el Legislativo chino.
Según abogados y activistas locales, la legislación podría cercenar las libertades de las que goza la ciudad semiautónoma.
El Gobierno hongonés respalda la ley, mientras que Pekín ya ha advertido de que, si EEUU adopta ese tipo de medidas, tomaría represalias.
La orden de Trump busca golpear tanto a esa ciudad -que es un importante centro financiero y comercial internacional- como a China, que usa el territorio para negociar con otros países.
No obstante, Trump no aclaró si planea eliminar del todo el estatus especial que Estados Unidos otorga a Hong Kong, y una ley estadounidense de 1992 exige a Washington seguir tratando a la región igual que cuando era una colonia británica.
Las manifestaciones volvieron el pasado fin de semana a las calles hongkonesas y se sucedieron el miércoles para protestar contra la ley y oponerse a otra que podría criminalizar los insultos al himno chino.
Algo menos de 300 personas fueron detenidas por participar en «manifestaciones ilegales» el miércoles, según la Policía local, que recurrió a munición de espray pimienta para dispersar a quienes protestaban.
Asimismo, miles de personas se manifestaron en la protesta del domingo anterior, día en que la Policía detuvo a más de 190 personas a las que acusó de «atacar a agentes con ladrillos y paraguas» y de «arrojar botellas desde azoteas». EFE