El «Cinturón del Suicidio» es una región en EEUU que abarca varios estados del Oeste Montañoso, incluyendo Wyoming, Montana, y Nuevo México.
Esta área ha sido denominada así debido a sus alarmantemente altas tasas de suicidio, que superan con creces el promedio nacional.
Los ocho estados que integran el “cinturón del suicidio” son Arizona, Colorado, Idaho, Montana, Nevada, Nuevo México, Utah y Wyoming: el Oeste Montañoso de Estados Unidos.
La situación en esta región es un reflejo de una crisis de salud mental que afecta a una gran parte de la población, exacerbada por factores como el aislamiento geográfico, la falta de acceso a servicios de salud mental y las dificultades económicas.
En ciudades como Rock Springs, en Wyoming, el impacto del suicidio es palpable y devastador. Considerando que se registraron más de 49.000 muertes por suicidio en todo EEUU durante 2023.
Las comunidades locales han tomado medidas para conmemorar a aquellos que han perdido la vida, como la instalación de memoriales públicos durante el mes de la prevención del suicidio.
Sin embargo, estas acciones, aunque bien intencionadas, no abordan las causas subyacentes de la crisis. La falta de recursos y apoyo adecuado para las personas que luchan con problemas de salud mental sigue siendo un desafío significativo.
La profesora Carolyn Pepper, de la Universidad de Wyoming, destacó a BBC la necesidad urgente de intervenciones más efectivas y accesibles para prevenir el suicidio en esta región.
Según Pepper, es crucial implementar estrategias que aborden tanto los factores individuales como los comunitarios que contribuyen a esta epidemia silenciosa en EEUU.
Esto último incluye mejorar el acceso a servicios de salud mental, fomentar el apoyo comunitario y reducir el estigma asociado con la búsqueda de ayuda.
A medida que la crisis del «Cinturón del Suicidio» continúa, es esencial que tanto las autoridades locales como las organizaciones nacionales trabajen juntas para desarrollar soluciones sostenibles, sostuvo.
Señaló que la prevención del suicidio requiere un enfoque multifacético, que involucre a toda la comunidad, desde los profesionales de la salud hasta los líderes comunitarios y los propios ciudadanos.