Una estatua ecuestre de un general del ejército confederado fue retirada el sábado de su pedestal de piedra en Charlottesville, Virginia. La estatua era un símbolo de los supremacistas blancos y ayudó a inspirar un violento mitin de éstos en 2017, en el cual murió una mujer.
Hace casi cuatro años, la marcha de los ultraderechistas estalló en violencia. Heather Heyer, una activista pacífica que se oponía a los nacionalistas, falleció en el tumulto. El hecho desató una controversia nacional sobre el racismo, particularmente después de que el entonces presidente Donald Trump insistió en que “ambos bandos tienen la culpa”.
Los bustos y las estatuas que conmemoran a generales y oficiales de la Confederación, así como la bandera del ejército confederado, son vistas por algunos como un símbolo de orgullo o identidad, o una herencia histórica o emblema militar que sólo simboliza la herencia de los estados del sur, pero otros los consideran como un símbolo de racismo, supremacía blanca, intolerancia y esclavitud.
Los trabajos para retirar la estatua del general Robert E. Lee comenzaron el sábado temprano. Las cuadrillas se aprestaban a retirar luego un segundo monumento al ejército confederado: la del general Thomas “Stonewall” Jackson.
Decenas de espectadores rodearon el parque y lanzaron vítores cuando la estatua fue retirada del pedestal. Había una presencia policial visible, con calles bloqueadas al tráfico vehicular por cercas y camiones pesados.
El alcalde de Charlottesville, Nikuyah Walker, pronunció un discurso frente a reporteros y observadores mientras la grúa se acercaba al monumento.
“Derribar esta estatua es un pequeño paso más hacia el objetivo de ayudar a Charlottesville, Virginia, y a Estados Unidos a lidiar con el pecado de estar dispuesto a destruir a la gente negra para obtener beneficios económicos”, dijo Walker.
Los planes de retirar las estatuas se vieron obstaculizados durante años debido a una engorrosa batalla legal y a la aprobación de una norma que protegía monumentos bélicos.
Las estatuas serán llevadas a un lugar seguro, pero sus pedestales quedarán en su lugar. El concejo municipal tendrá que decidir qué hacer con las estatuas. Bajo las leyes locales, la municipalidad tenía que ofrecerlas a quien estuviera interesado, durante un período que culminó el jueves. Recibió 10 respuestas.
Una coalición de activistas elogió a la municipalidad por retirar las estatuas una vez culminado el período de ofertas. “Mientras dichas estatuas sigan en nuestros espacios públicos, envían el mensaje de que nuestra comunidad tolera la supremacía blanca y la Causa Perdida por la que estos generales lucharon”, expresó la coalición de activistas, llamada Take ’Em Down Cville. AP