El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este martes la designación del Clan del Golfo como Organización Terrorista Extranjera (FTO, por sus siglas en inglés) y como Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT).
De acuerdo con el comunicado, el Clan del Golfo, con base en Colombia, es una de las organizaciones criminales «más violentas y poderosas de la región, con miles de integrantes y una estructura financiada principalmente por el tráfico de cocaína».
Washington sostiene que estos recursos «son utilizados para sostener sus operaciones armadas y actividades ilícitas».
El texto señala que esta organización es «responsable de atentados terroristas dirigidos contra funcionarios públicos, fuerzas del orden, militares y civiles en Colombia, lo que ha contribuido a un clima persistente de violencia e inseguridad en el país».
El Departamento de Estado afirmó que Estados Unidos continuará utilizando “todas las herramientas disponibles” para proteger su seguridad nacional y frenar las campañas de violencia y terrorismo llevadas a cabo por cárteles internacionales y organizaciones criminales transnacionales.
En ese sentido, reiteró su compromiso de bloquear las fuentes de financiamiento y los recursos que sostienen a estos grupos.
Las designaciones se llevan a cabo en virtud de la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad y de la Orden Ejecutiva 13224, y entrarán en vigor una vez sean publicadas oficialmente en el Registro Federal.
Según las autoridades estadounidenses, estas medidas permitirán ampliar las sanciones financieras y legales contra el Clan del Golfo y quienes le presten apoyo.
Contexto regional
La decisión se produce en un contexto de crecientes tensiones entre Estados Unidos y Colombia en materia de lucha contra el narcotráfico.
En octubre, el presidente Donald Trump acusó públicamente a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, de «tolerar e incentivar la producción masiva de drogas», y anunció el fin de pagos y subsidios estadounidenses a Colombia.
Washington también retiró al país suramericano la certificación como aliado clave en la lucha antidrogas, lo que implicó la suspensión de una asistencia que superaba los 700 millones de dólares anuales.
Trump ha sostenido que, bajo la administración de Petro, el cultivo de coca en Colombia aumentó alrededor de 70 %, de acuerdo con estimaciones oficiales y de la ONU, y afirmó que la producción de drogas tiene como principal destino el mercado estadounidense.