Luego de que saliera a la luz pública el lamentable desenlace de la búsqueda de la joven, Mollie Tibbetts, desaparecida en Lowa, Estados Unidos, hace aproximadamente un mes, el presidente, Donald Trump, ha aprovechado lo sucedido para vincular el crimen con la inmigració ilegal.
La joven estadounidense de 20 años de edad, había sido secuestrada y asesinada por Cristhian Bahena Rivera, un inmigrante mexicano sin papeles de 24 años, que este martes confesó los detalles del garrafal evento.
Luego de que el implicado confesara el crimen, Trump relacionó inmediatamente el suceso con la inmigración, por lo que solicitó tomar medidas “claves” para que no se repitan eventos similares, según lo reseñado por El País.
“Nunca debería haber sucedido… estaba ilegalmente en nuestro país. Las leyes de inmigración son una desgracia, tenemos que cambiarlas, pero tenemos que tener más republicanos para eso”, dijo el presidente a cuatro meses de las elecciones legislativas.
Las autoridades estatales arrestaron a Rivera este lunes, luego de que se diera a conocer que el joven mexicano la había estado siguiendo en un vehículo negro mientras la joven trotaba, el último día en el que se supo de su paradero.
En el vídeo de seguridad obtenido durante un escrutinio vecinal, se puede apreciar como Rivera conduce de ida y vuelta en numerosas ocasiones antes de acercarse y atacar a la indefensa joven, según una declaración jurada de causa probable presentada este martes.
“No puedo hablar de los motivos que lo llevaron a cometer el asesinato, solo puedo decir que parece que la siguió, pareció sentirse atraído hacia ella, y por la razón que fuera decidió secuestrarla”, explicó en una rueda de prensa el agente especial Rick Rhan.
Por su parte, Rivera le dijo a las autoridades que vio a Tibbetts corriendo y “la persiguió en su vehículo” al sentirse atraído por ella, pero que al sentir su rechazó no supo cómo reaccionar.
“En un momento dado, nos dijo que Mollie agarró su teléfono y le advirtió: ‘Debes dejarme en paz. Voy a llamar a la policía’”, contó el oficial, quien explicó que el asesino confesó que al escuchar la amenaza de la policía, entró en pánico y decidió secuestrarla, pero que sin embargo, su intención no era matarla.
Cuando fue a sacarla del maletero, “notó sangre en el costado de la cabeza“, motivo por el cual la dejó tirada a unos 20 kilómetros de donde sucedió el secuestro antes de huir.
Los senadores republicanos Chuck Grassley y Joni Ernst defendieron que esta muerte “se podría haber evitado” si las normas migratorias fueran más contundentes.
Por su parte, Trump ha sostenido en numerosas ocasiones que México envía hacia el norte a “violadores” y “criminales” y que las organizaciones criminales están “explotando” las vulnerabilidades en la frontera sur para meter a su gente en el país.
La gobernadora republicana de Iowa, Kim Reynolds, declaró que “la búsqueda de Molly ha terminado, pero la demanda de justicia acaba de comenzar”.
“Estamos enojados porque un sistema de inmigración roto permitió que un depredador como este viviera en nuestra comunidad, y haremos todo lo que podamos para hacer justicia al asesino de Mollie”, sentenció.