Casi 40 años después de que se descubrieran los cadáveres de una joven pareja británica en aguas caribeñas, y cuando las autoridades prácticamente habían renunciado a dar con el asesino, Penny Farmer descubrió una pista que lo cambió todo.
Puedes encontrar cualquier cosa en internet. Un viejo compañero de escuela, una ex novia, tu perro que se escapó…
Si no lo encuentras, alguien sabrá cómo hacerlo. En la era de las redes sociales, no hay escapatoria.
En la tarde del 2 de octubre de 2015, Penny Farmer regresó de un paseo por los campos de Oxfordshire, abrió su computadora portátil, encendió Facebook y escribió el nombre de la persona que sospechaba que había asesinado a su hermano.
Y allí estaba él. Barba gris. Gorra de béisbol. Gafas de sol. «Parece un asesino en serie», fue lo que pensó Penny.
Cuerpos torturados
En julio de 1978, los cuerpos del hermano de Penny, Chris Farmer, y de su novia, Peta Frampton, fueron encontrados flotando frente a las costas de Guatemala.
Los habían torturado y arrojado al agua atados a piezas de un motor.
El médico que llevó a cabo la autopsia afirmó que «los aspectos de ambos cadáveres eran monstruosos».
Chris, un doctor de 25 años, y Peta, una abogada de 24, eran novios de toda la vida que habían emprendido una exótica aventura por América Central.
Ambos mandaban cartas con regularidad, pero en la era pre-digital la comunicación era complicada.
Los padres de Penny en Manchester sabían que era normal que una carta tardase días en llegar.
Pero cuando los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, los padres de Chris y Peta comenzaron a preocuparse.
Notificaron a la policía y a las autoridades gubernamentales y se emprendió una búsqueda.
Según las cartas de Peta a sus padres, ella y Chris habían conocido a un estadounidense en Belice que se había ofrecido a llevarlos a Honduras en un pequeño barco pesquero.
En su última carta, Peta dijo: «Nada emocionante pasa nunca en un barco».
Una terrible llamada
El padre de Penny se puso en contacto con el capitán del puerto de Belice, quien dijo que el barco había zarpado con Chris y Peta a bordo, pero había regresado sin ellos.
El estadounidense se llamaba Silas Boston. El Consulado General británico dio con él en Sacramento, California. Lo interrogaron pero no pudieron obtener ninguna prueba de que estuviera involucrado en la desaparición de Chris y Peta.
El 1 de febrero Penny y su familia recibieron la llamada que tanto temían. Chris y Peta habían sido encontrados sin vida.
Pero el caso contra Silas Boston no prosperó.
Los periódicos guatemaltecos no cubrieron el asesinato ni tampoco hubo asistencia por parte de la policía guatemalteca. No hubo ninguna investigación de la escena del crimen.
Silas Boston tenía varios antecedentes penales por asalto a mano armada y violación. Además, la tercera de sus siete esposas había desaparecido 10 años antes. Pero la policía de Sacramento no tenía ninguna prueba contra él.
Sorprendentemente, nadie intentó encontrar a los dos hijos de Boston para entrevistarlos sobre su padre.
Seguir adelante
«Es difícil entender lo complicado que era todo entonces, sin computadoras o teléfonos móviles», dice Penny.
«Guatemala era un país del tercer mundo, no tenían realmente una fuerza policial. No había comunicación con Gran Bretaña porque reclamaban Belice, que en aquel entonces era un territorio británico. La policía estadounidense tampoco nos ayudó mucho», cuenta.
«El asesinato de Chris afecto mucho a mis padres, pero siguieron con sus vidas. No les quedó otro remedio».
Penny, que tenía 17 años cuando su hermano fue asesinado, se hizo periodista, se casó y tuvo tres hijos.
Encontró la felicidad de nuevo. Pero al igual que sus padres, no podía dejar de preguntarse qué había pasado aquel día en el barco.
«Las muertes de Chris y Peta fueron particularmente trágicas. Eran tan inocentes y llenos de vida. Habrían tenido unas vidas maravillosas».
La llegada del internet
Con la llegada de internet, el padre de Penny intentó abrir nuevamente el caso. Mandó un email al departamento policial de Sacramento, pero nunca obtuvo respuesta.
Murió en 2013, sin descubrir jamás qué había pasado con su hijo.
Y aquel podría haber sido el final, si Penny no hubiese tenido una idea brillante esa tarde que caminaba con su madre por los campos de Oxfordshire.
Penny no solo encontró a Silas Boston en Facebook, sino que también encontró a sus dos hijos, Russell y Vince, así como a su quinta esposa.
Envió un mensaje a todos pero no obtuvo una respuesta inmediata.
Peny no se desanimó. Contactó con la policía de Manchester, y a su vez ellos contactaron con la policía de Sacramento.
Por casualidad, la policía de Sacramento acababa de reabrir el caso de la desaparición de la tercera esposa de Silas Boston. Por primera vez en mucho tiempo Penny sintió esperanza.
Los hijos de Silas Boston
Entonces llegó una noticia increíble: los hijos de Boston habían estado tres décadas intentando convencer a la policía de que habían visto a su padre asesinar a Chris Farmer y Peta Frampton en Guatemala.
También dijeron que Boston había matado a su tercera esposa.
De hecho, habían informado al Departamento de Policía de Sacramento, a la Real Policía Montada de Canadá, al FBI, Interpol, Scotland Yard, y a la Agencia Nacional del Crimen del Reino Unido. Nadie había tomado cartas en el asunto.
Mientras, Boston había regresado a California debido a complicaciones médicas.
En marzo de 2016, seis meses después mandar los mensajes por Facebook, Penny, su madre y su hermano mayor se reunieron con la policía de Manchester.
La policía tenía las declaraciones de los hijos de Boston.
«Es increíble todo lo que sé ahora sobre lo que pasó ese día», dice Penny.
«Boston era un violador. Había pegado y atado a mi hermano en la cubierta superior. Peta estaba en la cabina. Realmente no necesito decir nada más. No quiero ser más gráfica».
«A pesar de que Chris tenía una fractura de cráneo y otros huesos rotos y había sangre en toda la cubierta, trató de consolar a Peta hasta el último momento. Incluso cuando estaban atados y a punto de ser arrojados por la borda».
Según uno de los hijos de Boston su padre asesinó a dos turistas más, posiblemente de Escandinavia, solo quince días después.
33 asesinatos
La policía encontró a Boston en un asilo de ancianos en Eureka, California.
Un par de años antes se había quejado de no tener amigos, por lo que uno de sus cuidadores había creado una página de Facebook para él. Así fue como lo encontró Penny.
En un principio la policía pensó que Boston podría ser el «asesino del Golden State», el hombre que aterrorizó California en los años 70 y 80,
La prueba de ADN resultó negativa(Joseph DeAngelo, el «asesino del Golden State», fue arrestado en abril y está acusado de 13 asesinatos y hasta 50 violaciones).
Pero el FBI había localizado a varios testigos en Belice y Guatemala, incluyendo a uno de los hombres que iba en la ambulancia que recuperó los cuerpos de Chris y Peta del mar y al médico que escribió la autopsia.
Penny decidió visitar a uno de los hijo de Boston, Russell, en Estados Unidos. Se sorprendió de ver lo normal que era, a pesar de haber vivido toda su vida con miedo de su padre psicópata.
Boston le había dicho a Russell que había matado a 33 personas. De ser cierto, eso convertiría a Boston en uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia de Estados Unidos.
Incluso amenazó con matar a Russell y a su hermano después de asesinar a Chris y Peta para mantener su secreto a salvo.
¿Justicia al fin?
El 1 de diciembre de 2016, 14 meses después de que Penny lo ubicara en Facebook y 38 años después de su crimen frente a las costas de Guatemala, Silas Boston fue arrestado y acusado de los asesinatos de Chris Farmer y Peta Frampton.
Pero Boston tenía algunos trucos más en la manga. Atado a una cama de hospital, ejerció su derecho anegarse a recibir tratamiento médico.
El 24 de abril de 2017, Penny recibió la noticia de que Boston había muerto.
«Eligió el camino más cobarde», dice Penny. «Me sentí engañada. Quería verle en el juicio, decirle cómo había devastado a mi familia. Pero por lo menos sabemos la verdad. Mi madre tiene 93 años y ahora tiene la repuesta a las preguntas que le han atormentado durante 38 años. Pero tener las respuestas no significa dejar de sufrir».
Según la policía de Manchester, el caso fue abandonado durante un tiempo por falta de pruebas pero nunca lo cerraron del todo.
Penny ha escrito un libro, «Dead in the Water» («Muerto en el agua») sobre los asesinatos de Chris y Peta y su intento de llevar a Boston ante la justicia.
Para ella, es un homenaje al hermano que perdió y que tenía tanto más que dar.
Pero Penny sospecha que la historia no ha terminado aún. Sobre todo le gustaría saber por qué se cerró el caso, permitiendo a un psicópata vagar libremente y matar de nuevo. reseña BBC