En el fondo del Golfo de México fue encontrado el naufragio de lo que probablemente sea un buque de vela de mediados del siglo XIX. El hallazgo lo hizo el pasado 16 de mayo la tripulación del NOAA Okeanos Explorer, barco de exploraciones de la Armada de EE.UU., durante ejercicios de prueba de su propio equipamiento.
Se estima que la embarcación —hecha en madera y encontrada a una profundidad de 450 metros— se hundió por causa de un incendio y posiblemente hace más de 150 años. Los detalles acerca de a quién o a qué país pertenecía, a dónde se dirigía o qué transportada, siguen siendo por el momento un misterio.
Lo único que hasta ahora se sabe con certeza son sus dimensiones: 37,8 metros de largo. No obstante, gracias al video de alta resolución que lograron grabar los exploradores, los expertos recopilaron un ‘fotomosaico’ que podría ayudar a rastrear más pistas sobre su origen.
En una de estas fotos, por ejemplo, los investigadores observaron las cifras dos, uno, cero, nueve, fijadas con tornillos a un escombro de la parte trasera de la nave. Además, se detectaron varios artefactos de hierro y cobre en sus alrededores.
Aunque gran parte del casco está relativamente bien conservada, el recubrimiento de cobre del buque se ha deteriorado. Curiosamente, no se ha conservado ninguna estructura por encima de la línea de flotación. Tampoco se han encontrado muchas pistas de la jarcia. Es por ello que surgió la hipótesis de que, antes de hundirse, el barco posiblemente sufrió un incendio.
«Generalmente, cuando encontramos o exploramos naufragios, es porque tenemos alguna información básica», sostuvo una investigadora del NOAA, Emily Crum, citada por Charlotte Observer. Pero, agregó, esta vez la situación fue diferente: «El equipo simplemente se ‘tropezó’ con él [el buque]», confesó Crum.