Los demócratas en el Congreso de EEUU se alzaron este martes contra los cambios en la política migratoria del Gobierno del presidente Donald Trump y su actitud «racista» hacia los inmigrantes, tras unos días de polémica generada por varias acciones del mandatario.
El momento álgido del día se produjo en el pleno de la Cámara Baja estadounidense, cuando su presidenta, la demócrata Nancy Pelosi, catalogó de «desgraciados, asquerosos y racistas» los comentarios de Trump sobre cuatro de sus colegas liberales, reseñó la agencia de noticias EFE.
Pelosi hizo estos comentarios durante el debate de una resolución contra unos polémicos tuits de Trump en los que pidió «volver a su país» a cuatro congresistas demócratas latinas, musulmanas o negras y que son ciudadanas estadounidenses, al acusarlas al tiempo de «racistas».
«Esto es una afrenta no solo a las cuatro congresistas, sino a los 22 millones de estadounidenses naturalizados que nacieron en otro país e hicieron su camino hacia Estados Unidos», subrayó por su parte el legislador demócrata Jamie Raskin, uno de los impulsores del documento.
Se espera que la Cámara Baja, con mayoría demócrata, apruebe esta resolución de condena de las palabras de Trump.
La controversia nació cuando el mandatario preguntó en un tuit este domingo «por qué esas legisladoras no vuelven a sus países y ayudan a arreglar los lugares completamente rotos e infestados de crimen de donde vienen».
Trump se refería a un grupo de legisladoras de la Cámara Baja, conocidas popularmente como «La brigada» («The Squad»), y formado por Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley.
Todas ellas son ciudadanas estadounidenses, y tres de ellas nacieron en Estados Unidos: Ocasio-Cortez en Nueva York, Tlaib en Detroit (Michigan) y Pressley en Chicago.
Omar, por su parte, nació en Mogadiscio (Somalia), pero obtuvo la ciudadanía estadounidense cuando era adolescente, después de llegar como refugiada al país junto a su familia.
En vez de retractarse de sus palabras, Trump no dio hoy marcha atrás en sus críticas a las congresistas e indicó que pueden «irse» o «quedarse», pero aseguró que deben amar al país y las acusó de hacer declaraciones «horribles» en su contra.
Tanto Trump como el líder de los republicanos en el Senado, Mithc McConnell, defendieron hoy que el mandatario «no es racista».
Más allá de la resolución de la Cámara de Representantes, varios demócratas denunciaron que ciertas políticas de la Administración de Trump ha provocado retrasos «récord» en el proceso de acceso a la ciudadanía para sus solicitantes.
«Las políticas que estamos viendo en nuestro sistema migratorio son parciales y racistas. (…) No es coincidencia que el retraso en el acceso a la ciudadanía se mantenga a niveles récord antes de las elecciones de 2020», acusó el congresista Jesús «Chuy» García en una rueda de prensa en el Capitolio estadounidense.
El legislador por el distrito 4 de Illinois criticó que algunas maniobras de Trump han significado la eliminación de exención de cuotas para muchos inmigrantes que estaban intentando convertirse en ciudadanos.
«Está táctica solo aleja más a los residentes elegibles para que inicien su proceso de naturalización, simplemente porque no pueden pagar la tasa del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, en inglés)», aseguró García.
«Estos inmigrantes están privados de la plena participación en nuestra democracia», agregó.
En este sentido, otros legisladores presentes en la conferencia y grupos que protegen los derechos de los inmigrantes consideraron que esta estrategia pretende reducir el número de inmigrantes que puedan votar en 2020, principalmente porque se entiende que la mayoría votaría por el candidato demócrata.
Según datos facilitados a Efe por el grupo UnidosUS, actualmente hay más de 700.000 solicitudes de ciudadanía en espera y el tiempo de demora se ha duplicado en los últimos dos años.
La avalancha de críticas contra Trump por quienes consideran su política migratoria «racista» también se vio alimentada el lunes después de que el Gobierno anunciara que impedirá otorgar el asilo a los inmigrantes que no lo soliciten antes en un «tercer país seguro».