Cristianos caldeos se preparan para la visita del papa Francisco a Irak

Visita papal a Irak

Por primera vez, un sumo pontífice hará una visita oficial a este país. El papa Francisco llegará a Irak el próximo viernes y uno de sus objetivos es generar conciencia sobre los desafíos que enfrentan los cristianos iraquíes, una población que se ha reducido en más del 80 %. Uno de los lugares que visitará es la Catedral de San José, en Bagdad.

Hasta hace semanas muchos iraquíes no sabían quién era el papa Francisco. Nunca se habían detenido a reflexionar quién era la máxima figura de los cristianos, especialmente de los caldeos y demás seguidores de la fe católica que habitan estas tierras desde sus orígenes. Pero esto ha cambiado en la medida que se acerca la visita del pontífice que no solo ha captado la atención de los cristianos, también del resto de las comunidades.

“Él viene por todos los iraquíes, no solo por los cristianos. Eso también es sectarismo pensar que el viene solo por los cristianos”, explica el cardenal y patriarca de la iglesia caldea Louis Raphael Sako, quien reconoce que las últimas décadas han sido difíciles para los cristianos. Al Qaeda primero y, luego, el Estado Islámico se ensañaron contra los cristianos. En la última década más de un millón de ellos han dejado el país buscando un refugio seguro. Hoy solo permanecen alrededor de 500.000.

Pero el futuro tampoco se ve prometedor. El patriarca teme al poder de las milicias que se fortalecieron en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico. Hoy esos grupos parecen ser incluso más fuertes que las mismas autoridades oficiales, lo que atemoriza a muchos; especialmente a etnias y sectas minoritarias como los cristianos, yazidis, shabaks y kurdos.

“Nuestra existencia durante Saddam Hussein no fue mejor. Incluso, fue peor. Hoy tenemos esta libertad para hablar”, explica la exministra y coodirectora de la organización Hammedian, Pascale Wardeh. Durante más de dos décadas en el poder, Hussein dijo proteger a los cristianos pero ellos aseguran que para entonces muchos de sus derechos no existían, como estudiar en Arameo, su lengua. Tampoco se les reconocía como asirios, su etnia, sino que estaban enmarcados bajo el concepto de ser árabes que defendía el derrocado dictador.

AFP

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