La tarde de este martes, un vuelo doméstico de la línea Aeroméxico Connect se accidentó durante su despegue, pero sorprendentemente ninguna de las 103 personas a bordo perdió la vida en el percance.
Sin embargo, este desenlace afortunado podría no haber ocurrido de no ser por las oportunas acciones de algunas de las personas a bordo. Uno de los héroes que ayudó a evitar víctimas mortales es el español José Manuel Pulgar, un superviviente del accidente aéreo que salvó a cinco personas, entre ellas dos niños y el piloto. El hombre compartió su historia ante las cámaras.
Caos y gritos
Durante la maniobra de despegue se sintió un golpe “con lo cual pensamos que nada, está aterrizando”, pero la aeronave “debió de rebotar y volvió a coger vuelo”, mientras que “el segundo impacto fue bestial” y que la gente sintió como “un impulso hacia el asiento de adelante muy grande”, recuerda Pulgar.
“Y el tercero ya fue cuando [el avión] perdió ruedas, era un caos”, en el medio del cual “te movías para todos los sitios, el equipaje volaba, te golpeaba” al mismo tiempo que “se rompían las cabinas donde estaba el equipaje”, continúa Pulgar. “Fue increíble”, resume.
“¡Por favor, ayúdame!”
El asturiano relata cómo “había una distancia” entre su asiento y la salida de emergencia mientras que se sentía “mucho humo”, de modo que “no veía nada”. “Simplemente me asomé un poco más” cuando una pasajera anciana “me dijo ‘por favor ayúdame’”, cuenta Pulgar. El español detalla que la mujer “estaba colgada del cinturón y no se lo podía quitar” a causa de que el avión había quedado fuertemente inclinado.
“El fuego ya se estaba acercando, aunque lo peor era el humo, como en todos los incendios”, evoca. “Tiré de la señora para arriba ya que no veía el cinturón, hasta que lo localicé” y posteriormente “tiré de él, llegué hasta la hebilla [y, cuando] tiré de la hebilla”, la mujer se cayó encima de mí”.
“¡Vámonos antes de que explote!”
Posteriormente, Pulgar intentó ayudar también al piloto, pero este último “se quejaba mucho y lo tuvimos que bajar al suelo porque le dolía muchísimo la espalda”, por lo cual “le pusimos la maleta debajo y lo dejamos en el suelo”.
Pulgar “le pellizcó las piernas varias veces” constatando que el piloto “no sentía nada”, tras lo cual intentó calmar al capitán de la aeronave recordándole que la falta de sensibilidad puede ser un efecto temporal “de un golpe muy fuerte en la espalda”. En ese momento “el fuego ya se sentía desde allí porque estábamos cerquita”, mientras que otro hombre a bordo los urgía a alejarse del avión, ya que este “puede explotar”, advirtiendo que “hay mucho combustible”.
17 personas que viajaban en el vuelo AM2431 con destino a Ciudad de México todavía siguen hospitalizadas, la mayoría de ellas en buen estado. Mientras, la Aeronáutica Civil mexicana apunta a que la investigación de las causas del accidente será un proceso largo. reseña La IguanaTv