Durante los casi 18 años que se ha prolongado el Gobierno del fallecido Hugo Chávez y su autoproclamado hijo Nicolás Maduro, por la Oficina Oval de la Casa Blanca han pasado cuatro mandatarios norteamericanos: Bill Clinton, George Bush, Barack Obama y Donald Trump. Los cambios presidenciales no han escapado de la confrontación, la expulsión de funcionarios y la congelación de la relaciones diplomáticas.
El exembajador de Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas, Milos Alcalay, consideró que las críticas de Nicolás Maduro al candidato que resultara vencedor en las presidenciales serían de la misma magnitud y no generaría un cambio discursivo.
“En el ámbito de la diplomacia de Estado la relación va a depender de cual sea la posición del Ejecutivo. La diplomacia es una cosa de dos, de manera que el Gobierno de Venezuela va a continuar con su campaña de descrédito, y más ahora con un Trump que ha pisado muchos caños”, dijo.
Por su parte, el internacionalista Ángel Arellano advirtió que los líderes del Partido Republicano podrían generar presión sobre el presidente electo para que haya un mayor enfrentamiento verbal con el oficialismo venezolano. “La vinculación de Trump con Vladimir Putin podría llevarlo a un entendimiento tipo Guerra Fría: Tú me tocas unos sitios, yo no te toco otros y Venezuela puede estar resguardada bajo el esquema Putin”, acotó.
Sin embargo, Alcalay manifestó que el magnate neoyorquino podría acabar con el “statu quo” que imperó en la administración de Barack Obama, ya que los republicanos son más firmes en generar desequilibrios económicos y políticos contra los hermanos Castro, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), y la izquierda latinoamericana.
“Una cosa es un Trump candidato basado en el populismo y otra muy distinta es un Trump electo. Allí se eligió un Congreso en donde los republicanos son mayoría. Es importante que en esta nueva etapa nosotros como venezolanos veamos allí la necesidad de exigir el cumplimiento de instituciones como la Carta Democrática Interamericana”, refirió.
Arellano también señaló que es posible la “convivencia” entre Maduro y Trump porque comparten rasgos políticos similares. “Tienen el mismo discurso autoritario, los mismos sistemas de exclusión y Donald no es precisamente un defensor de los Derechos Humanos”, aseveró.
Por último, el exrepresentante ante el organismo multilateral saludó que el mandatario electo en su primer discurso haya procurado la unión de todos los americanos y pidiera curar las heridas por las palabras cruzadas durante la campaña presidencial.
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