Cómo funcionan los «colectivos» de civiles chavistas que atacaron a Horacio Blanco

Las brigadas paramilitares de civiles no son un fenómeno nuevo en la Venezuela chavista. Por el contrario, son responsables de las 43 muertes durante las protestas de febrero y marzo de 2014

Los grupos paramilitares vinculados al gobierno de Nicolás Maduro volvieron a actuar en Venezuela.

Esta vez, emboscaron a activistas del opositor Voluntad Popular que se movilizaban desde temprano en los alrededores del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a la espera de la audiencia que decidirá el fallo sobre Leopoldo López, preso desde principios de 2014. Después del ataque, Horacio Blanco murió como consecuencia de un infarto.

 

Pero, ¿cómo funcionan estos colectivos?

Los colectivos chavistas surgieron al calor de la transición política venezolana abierta con la muerte de Hugo Chávez e hicieron su «debut» durante la ola de protestas estudiantiles en febrero de 2014 contra el gobierno de Nicolás Maduro.

En ese momento, dichas brigadas fueron responsables de la muerte violenta de 43 personas, entre ellas varios jóvenes estudiantes. Además, fueron acusados de ser responsables de amedrentar, saquear y reprimir las protestas estudiantiles con la anuencia del Gobierno y a la par de la Guardia Nacional Bolivariana y las Fuerzas Armadas.

Se trata de grupos paramilitares compuestos de al menos 1.500 chavistas que aseguran «defender la revolución» y actúan en coordinación con la Policía. De acuerdo con Rocío San Miguel, de la organización no gubernamental Control Ciudadano, los «colectivistas» viven en un radio de 12 kilómetros del palacio presidencial Miraflores y actúan cuando el Gobierno se ve supuestamente «amenazado».

En constante estado de alerta, algunos muy nerviosos en apariencia, y diseminados a lo largo de las colinas del área metropolitana de Caracas, se dedican principalmente a intimidar a opositores políticos.

Lo que hace que estos grupos resulten un factor potencialmente peligroso, según dirigentes de la oposición y activistas de los derechos humanos, es que las autoridades generalmente no se meten con ellos.

En el marco de las manifestaciones de febrero del 2014, el diario Últimas Noticias publicó imágenes de un instructivo de los colectivos chavistas en el que se apreciaba que éstos poseían un plan de infiltración, identificación y persecución de aquellos que participaban en las marchas opositoras. En un estilo casi copiado del nacional socialismo alemán, los «revolucionarios» estaban instruidos para colarse en las movilizaciones antichavistas y «hacerles creer que los apoyaban».

Posteriormente debían identificar al líder del sector y a los que provían la logística de las marchas. En su plan de seguimiento, debían localizar «las viviendas o cuarteles de los líderes guarimberos».

Al completar este trabajo de infiltración e inteligencia, el instructivo ordenaba denunciar a los líderes de las movilizaciones, pero no en la Policía o la Justicia, sino «al Colectivo Popular Antigolpe Bolívar».

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