Chile sumó este sábado 1.926 nuevos casos de la COVID-19, de los cuales más de un tercio se registraron en la capital, que presenta alzas un día más tras avanzar esta semana en el desconfinamiento y apertura gradual de la economía.
El balance total asciende así a 395.708 infectados desde principios de marzo y 10.792 muertos, tras registrarse 69 fallecidos en las últimas 24 horas y a los que habría que añadir cerca de 4.000 decesos «sospechosos» pero que no cuentan con un examen y que están en fase de verificación.
Del total de nuevos contagios, 627 se detectaron en Santiago, cuyo centro pasó este lunes a la segunda de cinco etapas del plan de desconfinamiento, que avanza con más rapidez en otras zonas de la ciudad y que permite la libertad de movimiento entre semana y la apertura de algunos comercios.
La movilidad es uno de los grandes desafíos en el corazón de la capital, que tienen solo 660.000 habitantes pero que registran un gran volumen de circulación entre semana, sobre todo en la Plaza de Armas y las arterias aledañas.
Algunos expertos atribuyen el repunte en Santiago, que durante meses fue el epicentro de la pandemia y tuvo la red hospitalaria al límite, a la relajación en las cuarentenas y a la apertura de algunas centros comerciales donde esta semana se registraron aglomeraciones, pero las autoridades insisten en que aún es pronto para saberlo.
En cuanto a los pacientes hospitalizados, las autoridades informaron que actualmente hay 1.058 personas en cuidados intensivos, de las cuales 166 se encuentran críticas, e indicaron que la positividad sobre el número total de exámenes fue del 6,4 % tras efectuarse 29.727 en las últimas 24 horas.
Con apenas 19 millones de habitantes y más de 2,2 millones de test PCR realizados desde marzo -la tasa más alta de Latinoamérica-, Chile es el noveno país con más infectados del mundo, por delante de naciones como España, Reino Unido e Italia, según la Universidad Johns Hopkins. EFE