El presidente de Perú, el izquierdista Pedro Castillo, inició este martes una reunión con los jefes opositores que controlan el Congreso en busca de contener las protestas que lo llevaron a decretar un toque de queda diurno en Lima.
«Vamos a escuchar al Congreso y vamos a decirle qué cosas estamos haciendo en esta coyuntura, en esta pandemia y más en esta situación que se ha agravado por la guerra entre Rusia y Ucrania», dijo Castillo al llegar al Parlamento, reseñó AFP.
«Estamos dispuestos a conversar y ver la salida conjunta a este escenario», añadió el mandatario, quien enfrenta la primera gran protesta contra su gobierno, iniciado hace ocho meses.
Mientras el presidente iniciaba su reunión con los directivos del Congreso y los jefes de bancadas, poco después de las 15H00 locales (20H00 GMT), cientos de personas protestaban en diversos puntos de Lima, cuyas calles lucían semivacías y custodiadas por militares y policías por el toque de queda.
Con carteles «Fuera Castillo» y golpeando cacerolas, los manifestantes recorrían las calles en dirección a la céntrica plaza San Martín.
«Estamos marchando contra de las medidas de Castillo. El pueblo sin trabajo, con toque de queda, estamos hartos. Ya este señor debe irse a su casa», dijo a la AFP Nelson del Carpio, un hombre de mediana edad que portaba una bandera peruana.
La policía y los militares no impidieron las manifestaciones, observaron periodistas de la AFP.
«Castillo no está gobernando bien nuestro país. En vez de darnos un mensaje de tranquilidad realizó una dictadura de encerrarnos por todo un día», dijo la joven manifestante Karina Velásquez, en alusión al toque de queda.
En un mensaje por televisión a medianoche del lunes, el presidente anunció la «inmovilidad ciudadana» (toque de queda) para este martes, argumentando que la medida buscaba «resguardar la seguridad» de la población «ante los hechos de violencia que algunos grupos han querido crear».
Los limeños fueron sorprendidos por el anuncio, pues los disturbios del lunes habían sido focalizados y los más graves tuvieron lugar en provincias, no en la capital. AFP