El removido Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, a quien este sábado el papa Francisco aceptó su renuncia, afirmó que deja el cargo con la “frente muy en alto” pese a la investigación como encubridor de abusos sexuales que enfrenta.
“No basta con que a uno le digan que es encubridor, hay que probarlo y yo estoy con la frente muy en alto”, dijo Ezzati, en una declaración a la prensa horas después de que se conociera la decisión del Vaticano de aceptar la renuncia que presentó en mayo de 2018, junto a todos los obispos de Chile, en medio del escándalo de abusos sexuales.
Ezzati permanecía en el ojo de la tormenta por denuncias de encubrir los abusos sexuales de varios sacerdotes, investigadas hoy por la justicia, que recién este viernes rechazó una petición de su defensa para sobreseerlo de los cargos.
El cardenal también fue acusado recientemente de desoír la denuncia que realizó un hombre de 43 años, que afirma haber sido violado al interior de la Catedral de Santiago por el sacerdote Tito Rivera, a quien el arzobispado pidió al Vaticano expulsar del sacerdocio.
En cuanto a la recepción de denuncias, “les puedo decir con la frente en alto que todas las denuncias que han llegado a la oficina de denuncia, todas ellas han sido investigadas o lo están siendo“, dijo Ezzati, el más alto dignatario de la Iglesia católica en el país.
“El Arzobispado ha tenido las puertas abiertas”, agregó.
Pero para una de las víctimas de abuso sexual, la remoción de Ezzati es una “decisión tardía” e “insuficiente“, según dijo a la AFP el médico Jaime Concha.
“Es una decisión tardía. Esto debería haber sucedido un año atrás”, afirmó Concha, abusado durante su niñez por religiosos de un colegio administrado por la Congregación de Hermanos Maristas.
“Sacando a Ezzati del Arzobispado no se termina con el encubrimiento del abuso en Chile. La justicia chilena tiene que seguir adelante, porque para que haya sanación tiene que haber justicia y reparación”, agregó.
La justicia en Chile tiene abiertos 158 casos vigentes, con 219 personas investigadas y 241 víctimas, de las cuales 123 eran menores de edad al momento de ser abusados.