Brasil registró 45.323 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas, con lo que el balance total de infectados sobrepasó los 3,5 millones, mientras que el número de fallecidos ascendió hasta los 112.304, informó este jueves el Gobierno.
Las datos del boletín diario del Ministerio de Salud reflejan un número total de casos de 3.501.975, aunque los especialistas epidemiológicos estiman que esa cifra podría ser hasta diez veces mayor debido a la gran subnotificación.
En las últimas 24 horas se notificaron además 1.204 muertes más relacionadas con la COVID-19, mientras que otros 3.187 decesos están aún bajo investigación.
La tasa de mortalidad de la enfermedad en el país se sitúa por encima de los 50 óbitos por cada 100.000 habitantes.
Brasil, que cuenta con una población de unos 210 millones de habitantes, es el segundo más azotado por la pandemia en números absolutos, solo por detrás de Estados Unidos.
Desde finales de mayo, el país viene registrando una media diaria de fallecidos vinculados con el virus que ronda el millar.
Los estados brasileños que acumulan peores números son Sao Paulo (730.828 casos y 27.905 muertes), Bahía (228.596 y 4.685), Río de Janeiro (205.916 y 15.074) y Ceará (202.422 y 8.245).
Aunque los últimos informes señalan una relativa estabilización y una tasa de contagio por debajo de 1, la situación aún preocupa en algunos estados del sur y centro-oeste del país, que estos días además de la pandemia afrontan una masa de aire frío polar.
El Ministerio de Salud también informó que hasta este jueves se han recuperado de la enfermedad 2.653.407 pacientes, lo que supone un 75,8 % del total de infectados, mientras que otros 736.264 (21,0 %) siguen bajo vigilancia médica.
La alta transmisión del virus en el territorio nacional ha transformado a Brasil en un laboratorio de pruebas ideal para los ensayos de las vacunas que están en fase más avanzada.
En el país ya se están experimentando en humanos cuatro vacunas: una del Reino Unido, otra de China, una tercera elaborada por la empresa alemana BioNTech y la farmacéutica estadounidense Pfizer, y una cuarta desarrollada por el grupo Johnson & Johnson.
Al frente de la gestión de la pandemia en Brasil está el general del Ejército Eduardo Pazuello, sin experiencia en el área y quien ocupa el cargo de ministro de Salud interino desde mayo, tras las salidas de los médicos Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich por profundas divergencias con el presidente Jair Bolsonaro.
El mandatario, uno de los líderes mundiales más negacionistas sobre el peligro de la pandemia, ha censurado desde el inicio de la crisis sanitaria las medidas de aislamiento impuestas por gobernadores y alcaldes para contener los contagios y abogado siempre por la vuelta a la normalidad de la economía.
También llegó a calificar la COVID-19 de «gripecita» y más recientemente animó a los brasileños «a seguir adelante», pese a las trágicas estadísticas del país. EFE