Brasil, uno de los países más azotados por la pandemia junto con Estados Unidos y la India, registró 729 muertes asociadas a la COVID-19 en las últimas 24 horas y acumula ya 140.537 fallecidos por la enfermedad, según informó este viernes el Gobierno.
El Ministerio de Salud registró en su boletín diario 31.911 nuevos positivos por coronavirus, que elevan el balance total a 4.689.613 infectados casi siete meses después de confirmar su primer infectado, el pasado 26 de febrero.
Brasil, que cuenta con una población de unos 212 millones de habitantes, es el segundo país con mayor número de muertes, solo por detrás de Estados Unidos, y el tercero con más contagios, después de EE.UU. y la India.
Las autoridades sanitarias investigan además otros 2.430 óbitos que podrían estar relacionados con la pandemia.
La tasa de letalidad por la enfermedad en el país es de 66,9 muertes por cada 100.000 habitantes, mientras que el índice de incidencia es de 2.231,6 en la misma comparación.
El Ministerio de Salud destacó que 4.040.949 pacientes han superado la COVID-19, lo que supone un 86,2 % del total de infectados. Otro 10,8 %, equivalente a 508.127 personas, continúa en observación.
La pandemia desacelera levemente en Brasil desde agosto, cuando empezó a bajar del millar de fallecidos diarios, pero en la última semana se ha estancado en una franja que varía entre los 700 y los 900 decesos.
El tamaño continental del país y su enorme población hacen muy difícil prever cuál será el comportamiento de la curva epidemiológica en el corto plazo, aunque la comunidad científica brasileña ya ha alertado de un posible repunte de casos, si continúan las aglomeraciones en playas y restaurantes.
De hecho, esta semana, el estado de Amazonas, que fue uno de los más castigados por las crisis sanitaria, impuso nuevas restricciones ante el crecimiento de contagios.
La incertidumbre de cara a los próximos meses aún es alta y, por ello, las escuelas de samba del Carnaval de Río de Janeiro, uno de los eventos festivos más populares en el mundo, decidieron suspender de forma indefinida su desfile por primera vez en los últimos 108 años.
Las comparsas tampoco desfilarán por las calles de la capital fluminense en febrero próximo a la espera de una vacuna que puede garantizar la celebración de la gran fiesta brasileña con seguridad.
En contraposición, el Gobierno del estado de Río autorizó la vuelta de público a los estadios de fútbol a partir del próximo 4 de octubre, con aforo limitado.
Mientras, la ciudad de Sao Paulo, la más poblada del país, anunció este viernes que realizará test en masa a profesores y alumnos con miras a programar el retorno de las aulas presenciales, previsto para noviembre, cuando se celebrarán elecciones en los 5.570 municipios del país. EFE