Bolivia ordenó el cierre de su frontera con Brasil desde el viernes y por siete días para evitar una posible propagación de la variante brasileña de COVID-19, mientras las autoridades anunciaron un retraso de al menos un mes de la vacunación masiva de su población ante la demora en la llegada de dosis prometidas.
El presidente Luis Arce aprobó el jueves un decreto en el que se establece que los cruces fronterizos con Brasil sólo se abrirán tres horas al día para permitir las actividades comerciales. También dispuso la vacunación prioritaria en las regiones fronterizas, pese a la escasez de vacunas.
No está confirmada la circulación de la variante brasileña en Bolivia, pero hay una treintena de casos sospechosos cuyas muestras han sido enviados a laboratorios de Brasil y Argentina para confirmar. En una semana se conocerán los resultados, dijo el jueves en una rueda de prensa el ministro de Salud, Jayson Auza.
Los bolivianos comparten más 3.400 kilómetros de frontera con Brasil, la nación más golpeada por la pandemia en Latinoamérica.
Brasil es el principal socio comercial de Bolivia con un intercambio anual que ronda los 1.000 millones de dólares. La pandemia redujo el intercambio comercial, según cifras oficiales y es la razón por la que el gobierno se había resistido a declarar un cierre como pedían autoridades regionales desde la semana pasada.
Bolivia, un país con más de 11 millones de habitantes, acumula más de 272.000 contagios y 12.257 fallecidos por el virus, y actualmente enfrenta un retraso en el inicio de la vacunación masiva.
El país tenía previsto iniciar la inmunización masiva en las ciudades el 1 de abril con la Sputnik V, pero el proveedor ruso comunicó un retraso en la entrega de un lote de 1,7 millones de dosis, lo que obligará a las autoridades a demorar la campaña por 30 días, dijo el jueves el viceministro de Comercio Exterior Benjamín Blanco.
Hasta ahora, sólo se ha inmunizado al personal médico y a pacientes con enfermedades graves, lo cual continuará mientras no haya más disposición de dosis. El martes llegaron 200.000 dosis de la vacuna china Sinopharm.
“La demora en llegada de vacunas no es atribuible al gobierno, es por la alta demanda mundial”, explicó Auza. Según el Ministerio de Salud hasta el jueves se han vacunado 92.941 personas, poco más del 1% de la población a ser inmunizada.