La reunión de Joe Biden el jueves con un grupo de gobernadores demócratas y republicanos es su esfuerzo más reciente para superar el intento inaudito del presidente Donald Trump de bloquear la transición del presidente electo al poder.
Biden y la vicepresidenta electa Kamala Harris planeaban una sesión virtual por la tarde con el grupo de líderes de la Asociación Nacional de Gobernadores, formado por cinco republicanos y cuatro demócratas. Todos los demócratas y la mayoría de los republicanos involucrados han reconocido a Biden como ganador de la elección.
Uno de los participantes esperados, el gobernador republicano de Maryland, Larry Hogan, dijo recientemente a The Associated Press que las afirmaciones infundadas de Trump de fraude electoral eran “peligrosas” y “vergonzosas”.
El republicano de mayor rango en el comité ejecutivo de la asociación, Asa Hutchinson, de Arkansas, dijo el fin de semana que Biden será el próximo presidente y pidió a la administración Trump darle al demócrata acceso a las sesiones informativas de inteligencia que necesita para estar preparado para gobernar el país a partir del 20 de enero.
Hasta ahora, los gobernadores no han cambiado el parecer del presidente.
Antes de la reunión de Biden, Trump volvió a hacer acusaciones de fraude en varios estados claves, pese a que las cortes siguen rechazando sus demandas, y cuando un numero pequeño, pero creciente de republicanos ya aceptaron la victoria del demócrata.
Aparte de ser un pilar de la democracia, la transición pacífica del poder luego de una elección es especialmente crítica este año dados los retos extraordinarios que Biden heredará en apenas nueve semanas. Estados Unidos pasa por su peor crisis de salud pública en un siglo, los gobiernos estatales y locales enfrentan enormes déficits presupuestarios y millones de estadounidenses están desempleados.
Pero más de dos semanas después de las elecciones del 3 de noviembre, la administración Trump se niega a permitir que Biden reciba información detallada sobre seguridad nacional y la pandemia que líderes en ambos partidos dicen es esencial para garantizar que Biden pueda gobernar eficazmente desde el primer día.
Con Trump intransigente y los congresistas republicanos mayormente reacios a cuestionarle, Biden se ha visto forzado a acudir a una diversa serie de aliados exteriores para aumentar las presiones sobre Trump para que admita su derrota.
Los directores generales de las mayores compañías de Estados Unidos han emitido una declaración en la que reconocieron a Biden y Harris como ganadores. Los jefes de tres asociaciones nacionales de médicos, hospitales y enfermeros emitieron una declaración conjunta el martes en la que llamaron a la administración Trump a compartir “toda la información crucial relacionada con el COVID-19” con Biden. No hacerlo, dijeron, podría en peligro vidas estadounidenses.
Pero Trump no ha dado indicios de ceder.