El embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, aseguró que la seguridad alimentaria de su país «depende» de la estatal venezolana Monómeros y por ello la administración de Gustavo Petro se mantiene atenta a los movimientos de Estados Unidos tras su decisión de regresarla al gobierno venezolano, pues estiman que no la ve con buenos ojos.
«Nosotros tenemos que seguir con los ojos encima y mirar qué pasa con el sector financiero y de producción de esta empresa. A Estados Unidos, seguramente, no le gustará que hayamos devuelto muy rápido a Monómeros, pero la rapidez no depende de mí, sino que si Gustavo Petro reconoce a Nicolás Maduro –lo que es obvio– y claro es que es de ellos«, manifestó el diplomático en una entrevista aparecida este martes en Semana.
Al ser inquirido sobre la rapidez con la que el gobierno de Petro dio pasos concretos para la devolución de la productora de fertilizantes, Benedetti adujo que en primera instancia era del Estado venezolano, si bien luego apuntó ventajas comerciales para la nación neogranadina, que incluyen un descuento del 40 % en el precio de la urea y 30 % más en fertilizantes, lo que impactará positivamente en los precios de los productos agrícolas.
«Eso quedó estipulado desde que el gobierno de Gustavo Petro reconoció al presidente Nicolás Maduro. Eso es de Venezuela, no es de Juan Guaidó, porque Guaidó no es nadie», añadió, en referencia a la insistencia del medio colombiano sobre el control que hasta ahora ostentó la pretendida administración de Guaidó sobre la compañía.
De otro lado, enfatizó que en lo que a este aspecto atañe, la Casa de Nariño no emprenderá ninguna acción a espaldas de Estados Unidos, pues de extenderse las sanciones a Monómeros, afectarán directamente a Colombia.
«Esta es una empresa venezolana, pero está en Colombia y sus empleados son colombianos. Por eso, por estar castigando al Gobierno de Venezuela, terminarán afectando la seguridad alimentaria de Colombia. Hay un ejemplo: el gobierno de Estados Unidos hoy manda 40.000 millones de dólares a la guerra en Ucrania, pero se pone de acuerdo con Ucrania y Rusia para sacar el trigo, y aquí, que tenemos a Guaidó, quieren venir a poner problema. Conclusión: las sanciones contra Monómeros impactarán a Colombia, no a Venezuela», argumentó el funcionario.
Más allá del caso Monómeros, Washington sigue de cerca los movimientos de Benedetti en Venezuela y este envía informes regulares a los diplomáticos estadounidenses. En su decir, sostuvo reuniones «con los encargados de los negocios de Estados Unidos y Venezuela y con el embajador de Estados Unidos en Venezuela» e inició «la conversación afirmando que cualquier cosa que se vaya a hacer tiene que ir de la mano de Estados Unidos».
Por otro lado, destacó que el balance de su estancia en el país ha sido «muy positivo», pues consiguió reunirse rápidamente con miembros del alto gobierno venezolano, incluyendo al presidente Nicolás Maduro, y los intercambios transcurrieron en un ambiente distendido.
«Lo que nosotros hemos querido hacer con Nicolás Maduro y la prensa es no ideologizar las relaciones diplomáticas. Las relaciones deben ser de Estado a Estado. Yo he querido ‘deselenizar’ las relaciones», comentó.
Asimismo mencionó que no se descartan reuniones entre empresarios colombianos y el presidente Maduro y avanzó que el encuentro entre los dos mandatarios podría tener lugar la segunda semana de octubre.
«Por agenda podría hacerse en octubre, quizá la segunda semana. El presidente Nicolás Maduro está dispuesto, él me dijo que hablaba con Juan Manuel Santos dos o tres veces a la semana, a pesar de que la relación estuviera mal. Creo que el encuentro debería ser en la frontera, un momento distensionado, que ninguno de los mandatarios lleve puntos en la agenda, sino solamente reconocerse de Estado a Estado», dijo al respecto.
En relación con el tema energético, Benedetti fue consultado por Semana sobre las declaraciones de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, quien afirmó que su país comprará gas a Venezuela cuando se agoten sus reservas, dentro de siete años.
A este respecto indicó que la funcionaria «se equivoca», pues «hay que hacerlo desde ya».
«Es necesario porque Colombia se quedará sin gas en los próximos siete años. Ellos ya tienen el gasoducto que sale del golfo de Maracaibo. Tienen la explotación, el gasoducto, habría que buscar unos 30, 40 kilómetros para que se pueda empezar a comercializar desde Colombia», adujo.