El asesinato de una niña de siete años ahondó este lunes la crisis por el aumento de los feminicidios en México y puso a prueba al presidente Andrés Manuel López Obrador, criticado por familiares de la víctima por atribuir el fenómeno al “neoliberalismo” de sus antecesores.
Tres días después de que cientos de mujeres se manifestaron ante el Palacio Nacional mientras el mandatario daba allí su conferencia de prensa diaria, la fiscalía capitalina anunció el lunes 17-F la identificación del cadáver de una niña de siete años hallado el sábado “dentro de una bolsa de plástico”.
El cuerpo de la menor, identificada como Fátima Aldrighett, fue encontrado en la alcaldía Tláhuac, un barrio popular en el sureste de la capital. Su desaparición había sido denunciada el 12 de febrero. Según vecinos, fue secuestrada al salir de la escuela.
Consultado sobre el caso, López Obrador dijo el lunes a periodistas que está trabajando para evitar estos casos y responsabilizó la situación del país a “una degradación progresiva que tuvo que ver con el modelo neoliberal”, que dice querer transformar desde que asumió en diciembre de 2018.
Horas después, una tía de la menor, Sonia López, apareció entre lágrimas ante la prensa frente a la fiscalía general de Ciudad de México y responsabilizó a las autoridades mexicanas de lo sucedido.
“Estamos acabados, emocionalmente, físicamente no podemos más, tiene que haber un cambio, esto tiene que cambiar; (la alcaldesa de la capital Claudia) Sheinbaum se comprometió a hacerlo y si el presidente quiere hacer un cambio que empiece por esto”, denunció.
En respuesta, Sheinbaum expresó una “profunda indignación y profunda tristeza por lo que pasó”. “Se va a hacer justicia y para poder cambiar las instituciones se va a conocer la verdad”, anticipó la alcaldesa, del mismo partido de López Obrador.
En el barrio Xochimilco, también en el sur de la capital, padres de familia de la escuela a la que asistía Fátima reclamaron también que se hiciera justicia. “Este pueblo está olvidado, ya no puede uno salir a la calle, a la tienda, porque uno es asaltado”, dijo una madre al canal Milenio TV.
La profesora jubilada de 83 años Josefina Meza, presente en la escuela, dijo que las personas que secuestraron y mataron a Fátima “sabían que (la familia) era gente pobre, que no iban a hacer nada, que no habría justicia para ella”.
“Justicia para Fátima”
En la casa de la niña se reunieron decenas de vecinos, algunos vestidos de negro y con flores en la mano, otros con pancartas que decían “Justicia para Fátima”.
El abuelo materno de la pequeña, Guillermo Antón, dijo a Reuters en el lugar que López Obrador debería demostrar, como asegura una y otra vez, que “es diferente de las administraciones pasadas”.
Las críticas al mandatario se extendieron a Twitter, donde la etiqueta #JusticiaParaFatima se volvió tendencia.
“No señor, a Fátima no le quitaron una cartera con dinero para comer. No es culpa del modelo neoliberal. No es culpa de la pobreza. Es culpa de la deshumanización y sus comentarios no ayudan”, decía una usuaria que se identificaba como Vanessa.
La Fiscalía capitalina, que ha ofrecido 2 millones de pesos (unos 107,800 dólares) para todo aquel que dé pistas que lleven a los presuntos culpables, comunicó en su cuenta de Twitter que ha registrado un domicilio en Xochimilco y tomado declaración a cinco personas, pero todavía no hay detenidos.
Un vistazo rápido a esa cuenta permite encontrar en las últimas 24 horas hasta cuatro alertas por desaparición de mujeres adolescentes entre 13 y 17 años.
Un promedio de 10 mujeres son asesinadas diariamente en México, según cifras oficiales, aunque solo una tercera parte de todos esos crímenes son tipificados como feminicidios, que en cualquier caso subieron de 411 en 2015 a 976 en 2019.
En el caso de las menores asesinadas, se produjo un descenso de los homicidios dolosos de 193 a 191 entre esos mismos años, pero el de los feminicidios (cometidos por la condición de mujer de las víctimas) subió de 50 a 98.