La organización internacional defensora de los derechos humanos publicó un informe en el que acusa a las autoridades israelíes de someter a los palestinos a un sistema de “apartheid”, basado en políticas de “segregación, despojo y exclusión” que constituyen crímenes de lesa humanidad. El Gobierno de Naftali Bennett respondió que se trata de afirmaciones antisemitas.
Incautación israelí de tierras y propiedades palestinas, asesinatos, torturas, traslado forzoso de personas y negación de la ciudadanía son algunos de los martirios a los que las autoridades de Israel someten a millones de palestinos, según asegura Amnistía Internacional (AI).
Las acciones son descritas en un informe de 211 páginas que el grupo de derechos humanos hizo a partir de investigaciones y análisis legales.
En el fondo, AI señala que las acciones del Gobierno israelí constituyen «el crimen de lesa humanidad del apartheid», pues explica que ejerce un sistema de «opresión y dominación (…) donde quiera que tenga control sobre sus derechos”.
“Nuestras conclusiones pueden conmocionar y perturbar, y deberían hacerlo”, sostuvo la secretaria general de Amnistía, Agnès Callamard, en una conferencia de prensa en Jerusalén.
Informe sobre #IsraeliApartheid contra la población de #Palestina: Cruel sistema de dominación y crimen de lesa humanidad. @amnistiaespana Internacionalhttps://t.co/bCfF9OVlzS
Consulta resumen ejecutivo en español e informe completo en inglés:https://t.co/akJVPKXiYi@RESCOP1
— Asociación Al-Quds (@alqudsandalucia) February 1, 2022
Entre las víctimas se encuentran ciudadanos israelíes de origen árabe, palestinos en territorio ocupado por Israel y refugiados que viven en el extranjero, indica el documento.
La organización internacional también deplora medidas que incluyen restricciones al movimiento en el territorio ocupado en la guerra de Oriente Medio de 1967, inversión insuficiente en las comunidades palestinas en Israel y la prevención del regreso de los refugiados palestinos. Pronunciamientos que fueron respaldados por las autoridades del pueblo palestino.
“El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Asamblea General están obligados a prestar atención a las pruebas convincentes presentadas por Amnistía y otras importantes organizaciones de derechos humanos y responsabilizar a Israel por sus crímenes contra el pueblo palestino, incluso mediante sanciones”, enfatizó el Ministerio de Relaciones Exteriores palestino en un comunicado.
Este es el segundo reporte de una organización internacional de derechos humanos que en menos de un año apunta a Israel como un Estado que ejecuta un “apartheid”, después de que lo hiciera Human Rights Watch en abril de 2021.
Tras exponer los presuntos abusos, Amnistía Internacional pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que imponga un embargo de armas a Israel por, denuncia, matar a decenas de civiles durante las protestas semanales, en 2018 y 2019, en la frontera con Gaza.
El Gobierno israelí ha insistido en que esas manifestaciones incluyeron intentos de militantes palestinos de romper su valla fronteriza.
Israel califica las acusaciones de AI como “antisemitas”
Funcionarios de la Administración del primer ministro Naftali Bennett respondieron que el informe de Amnistía internacional “consolida y recicla mentiras” para “echar leña al fuego del antisemitismo”.
Asimismo, las autoridades del país acusaron al movimiento global con presencia en 150 países de emplear “doble rasero y demonización para deslegitimar a Israel”.
Sin embargo, el grupo de derechos humanos desestimó las acusaciones en su contra. “Algunos dentro del Gobierno de Israel pueden tratar de desviarse de ellos acusando falsamente a Amnistía de intentar desestabilizar a Israel o ser antisemita, o señalar injustamente a Israel”, dijo Callamard, quien agregó que tales críticas son “infundadas”.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, destacó que «Israel no es perfecto, pero es una democracia comprometida con el derecho internacional y abierta al escrutinio» con una prensa libre y una Corte Suprema fuerte.
Anteriormente, Israel ha citado preocupaciones de seguridad al imponer restricciones de traslado para los palestinos, pues las autoridades recuerdan que el levantamiento palestino a principios de la década de 2000 incluyó atentados suicidas con bombas en ciudades israelíes.
En el trasfondo, un conflicto complejo, histórico y de amplia envergadura
El conflicto israelí-palestino tiene profundas raíces religiosas, históricas y geográficas. No obstante, en medio de las discrepancias se destaca la búsqueda de los palestinos por tener un Estado propio en Cisjordania y Gaza, con Jerusalén Este como su capital, una ciudad fuertemente disputada como propia por los dos pueblos y en muchas ocasiones el sensible detonante de sangrientos enfrentamientos.
Paralelamente, Gaza, una franja costera palestina que Israel dominaba desde la guerra de 1967 pero que dejó de ocupar en 2005, se encuentra controlada por Hamas, un movimiento islamista político y militar considerado por Israel y Estados Unidos como terrorista.
Justamente los enfrentamientos entre el Ejército israelí y Hamas han protagonizado algunas de las confrontaciones más mortíferas, como ocurrió en mayo de 2021 cuando murieron al menos 12 ciudadanos israelíes y más de 200 palestinos.
Fue una de las peores escaladas de violencia entre los dos pueblos en los últimos años, en la que una vez más las dos partes rebatieron entre acciones de defensa y crímenes de lesa humanidad.
Con información de Reuters, AP y EFE