La búsqueda de sobrevivientes de la tragedia minera en la localidad de Brumadinho, en el sureste de Brasil, se intensificó ayer, en su cuarto día, con el apoyo de un contingente israelí. El número de víctimas mortales del siniestro, provocado por la rotura de un dique de la empresa Vale, aumentó por la mañana a 60, con el hallazgo de 2 cuerpos, en tanto que la cifra de desaparecidos es de 292.
Aunque con el pasar del tiempo se reducen las posibilidades de hallar sobrevivientes, “aún hay chance”, dijo el teniente coronel de Defensa Civil, Flávio Godinho.
Luego de la rotura del dique, el viernes en la tarde, torrentes marrones de residuos de minería y agua arrasaron casas, estructuras de la empresa y vehículos, tapiándolos en segundos.
Brumadinho, un municipio de 39.000 habitantes situado a 60 kilómetros de Belo Horizonte, amaneció ayer en relativa calma. El domingo, una alarma accionada por el riesgo de desmoronamiento de otro dique provocó la huida de los aterrorizados vecinos de la mina Córrego do Feijao, epicentro de la catástrofe. La amenaza interrumpió las labores de rescate por 10 horas.
Un contingente de 136 personas, con 16 toneladas de equipos, se sumó el domingo por la noche a las labores de búsqueda. La asistencia fue ofrecida por el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y aceptada por el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro.
El lodo se apoderó de la región, y los bomberos trabajan en condiciones difíciles, sobre profundidades hasta de 15 metros de barro y arenas movedizas, realizando excavaciones en busca de sobrevivientes o cuerpos.
Esta es la segunda catástrofe minera en poco más de 3 años. En noviembre de 2015, un dique en Mariana –de una mina operada por Vale y la anglo-australiana BHP–, causó la muerte de 19 personas y provocó el peor desastre ecológico en la historia de Brasil.
Dolor. Cientos de personas esperan noticias de familiares y amigos. Una de las pocas personas que rompieron el silencio en un centro habilitado por Vale fue Nathanael de Jésus Bispo, un joven de 21 años de edad a quien el dolor se le transformó en rabia. Busca a su padre, a su primo y a 5 colegas. Junto a su familia, llora y exige respuestas. “Vale no da informaciones. Lo peor de todo es la falta de atención”, afirma.