La muerte de Pau Donés ha dejado un sentimiento de consternación, pero también una lección de vida por la forma que ha tenido durante los últimos cinco años de enfrentarse al cáncer. Siempre sonriente y activo, no paró hasta el último momento de hacer música, consiguiendo editar hace apenas un par de semanas su último disco, ‘Tragas o escupes’, a pesar del avance de la enfermedad.
En su libro autobiografía ’50 palos… y sigo soñando’, el músico habló del asunto a las claras: “A los cincuenta años ya poca tontería te queda, pero si además te diagnostican un cáncer, pues todavía menos”.
Y aún plantea en sus páginas: «Una de las cosas que tiene el no saber qué es lo que va a pasar con tu vida es que inmediatamente estableces un orden de prioridades con respecto a las cosas que realmente son importantes para ti».
«Prioridades y tiempo», planteaba, lanzando con determinación un mensaje: «Si hay que mandarlo todo a la mierda, pues se manda. Por muy claras que tengamos las cosas, el día a día te mete en un bucle en el que es fácil perder de vista tus convicciones, tus creencias más series, por lo que cuando te pasa algo fuerte hay que aprovechar y replantearse seriamente el asunto. A saco».
Indudablemente, eso fue lo que hizo cuando dejó la música y se mudó a Los Ángeles para pasar allí más tiempo con su hija, a la que sentía que no le había dedicado todo el que hubiera querido (como dijo él en su momento y ha relatado Bunbury, su vecino en la ciudad californiana).
Todo lo que hizo Pau Donés en el último lustro, desde que le diagnosticaron cáncer en 2015, se basa en una veintena de mandamientos que dejó por escrito en el mencionado libro y que quedan ahora como parte de su legado, que no es solo musical.
1. Que sepamos vivir el presente
2. Que no perdamos el tiempo pensando en el futuro
3. Que dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos
4. Que dejemos de hacer montañas de granitos de arena
5. Que la tristeza nos dé ganas de reír. Que nos riamos mucho
6. Que cantemos en la ducha, en los bares, en las bodas, en las cenas con losamigos o donde nos apetezca cuando nos venga en gana.
7. Que aprendamos a decirnos “te quiero” sin que nos dé vergüenza.
8. Que nos besemos, nos toquemos y nos achuchemos mucho
9. Que nos escuchemos tanto como sepamos compartirnos en silencio
10. Que nos queramos, a los demás y sobre todo a nosotros mismos
11. Que nos peleemos lo menos posible. Estar enfadado es una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¡A la mierda el ego y el orgullo!
12. Que nos dejemos de rollos, de chorradas, de hacer ver lo que no somos, que eso no sirve pa’ ná.
13. Que le perdamos el miedo a la muerte, pero también le perdamos el miedo a vivir.
14. Que decidamos por nosotros mismos. Que nunca dejemos que los demás decidan por nosotros.
15. Que cuando la vida nos cierre una ventana sea cuando más abramos las alas para romper el cristal y salir volando.
16. Que las cosas nos lleven adonde sea, pero que nos vayan bien.
17. Que los cerebros de zafios, hipócritas, memos, mamelucos, corruptos, pesaos, estúpidos, tocapelotas, mentirosos, gilipollas… se reprogramen y entiendan que en la vida no hace falta ser así, que la vida va de otra cosa.
18. Que a las penas, puñaladas y al mal tiempo, buena cara. O mala, que tampoco pasa nada.
19. Que la vida sea siempre un sueño.
20. Y, en fin, que a la vida le demos calidad, porque belleza sobra.
Con información de Europa Press