La verdadera historia de ‘Simón, El gran varón’ que inspiró canción de Willie Colón

Hay canciones que resultan inolvidables por tener un buen ritmo; otras cautivan al público con sus memorables letras y solo unas pocas logran quedar inmortalizadas en la memoria colectiva de la industria por mezclar tragedia, realidad y equilibrio musical en un solo sencillo. ‘El gran varón’, interpretada por Willie Colón, sin duda hace parte de esta tercera categoría.

Ganadora de un disco de Oro y otro de Platino, posicionada en el puesto 23 de las 50 mejores canciones latinas de todos los tiempos de la lista Billboard, y merecedora del primer puesto en las listas musicales de, al menos, diez países, la historia de ‘Simón, el gran varón’ le dio la vuelta al mundo por una particular razón: dejó atrás su hogar para vivir, como pocos, libre y sin estigmas su identidad de género.

Según relata, sincera y detalladamente, el éxito salsero, ‘Simón’ nació en el verano de 1956 y, desde un inicio, fue el orgullo de ‘don Andrés’, su papá. Al igual que los demás, fue criado con mano dura, con severidad. Hasta que un día viajó al extranjero para vivir sus aspiraciones y dejó atrás el viejo sermón familiar.

El ‘Simón’ que salió de su hogar no era el mismo que caminaba por las calles de otra ciudad. “Cambió la forma de caminar. Usaba falda, lápiz labial y un carterón”, narra la icónica canción justo antes de explicar cómo es descubierto y, posteriormente, rechazado para siempre por su papá.

La enfermedad que contrajo ‘Simón’ fue VIH.

La libertad le costó cara a ‘Simón’, quien murió fiel a su identidad, pero solo en la sala de un hospital a causa de una extraña enfermedad. “Es el verano del 86. Al enfermo de la cama 10 nadie lloró”, concluye el sencillo, incluido en el álbum ‘Top Secret’ (1988) de Willie Colón.

Aunque sonó en las emisoras de todo el mundo y se ganó el corazón -y también las críticas- de cientos de personas por poner sobre la mesa un tema relevante y, al mismo tiempo, invisibilizado, como lo son las enfermedades de transmisión sexual, muy pocas son las personas que conocen la trágica y nostálgica historia que inspiró esta leyenda musical.

‘El gran varón’ fue escrita para ser un icono musical de la salsa, pero se convirtió en mucho más que eso: fue una declaración, tan sutil como vigorosa, de un tema ampliamente estigmatizado y controversial de la década de 1980: el Sida.

“Era el verano de 1986. Escribí ‘El Gran Varón’ mientras mi amigo moría de Sida, era el enfermo de la cama 10 y no tenía escapatoria”, confesó el reconocido compositor panameño Omar Alfanno.

El hombre al que se le debe el éxito de ‘El gran varón’

Compositores y cantantes en la industria latinoamericana hay muchos, pero pocos como Omar Alfanno y Willie Colón, quienes se encargaron, en conjunto, de dar vida a una de las canciones de salsa más icónicas y memorables de todos los tiempos.

Mientras que Alfanno, conocido por haber pertenecido a la agrupación ‘Los sembradores del sur’, construyó una historia sólida, cautivadora y real, Willie Colón, ‘el arquitecto de la salsa urbana’, no pudo resistirse a dar voz a la sorpresiva composición que le presentó el autor panameño en uno de sus encuentros en Puerto Rico.

“Me regañó y me dijo que le permitiera poner su voz. Allí no tuve escapatoria, así que busqué una guitarra, se la canté y le encantó mucho más”, contó Alfanno en entrevista con el diario ‘AlDía’.

De ahí en adelante, el éxito de la canción es historia: los versos se convirtieron en la realidad escondida de cientos de personas, su reproducción en las emisoras era el detonante de críticas, elogios y censura, su mera existencia era una fuerte y contundente declaración con la que muchas personas de la comunidad LBGTIQ+ se identificaban.

A él le hacían mucho bullying y no había podido salir del clóset, porque, en los 60, 70, declararse gay era algo que solo hacía un héroe

Como era de esperarse, el triunfo de la canción no vino solo. Una ola de dudas se cernió sobre la composición. Una de las más populares era, sin duda, la inspiración de Alfanno para escribir el sencillo.

Fue en diálogo con el diario anteriormente citado que el autor panameño puso fin a una de las incógnitas que, por años, eclipsó el éxito de la canción: ¿’Simón’ era en realidad un personaje ficticio o, en medio de los versos, alguna que otra verdad se asomaba?

“Está basada en una historia verídica de un amigo que estudió conmigo el bachillerato. Después de un tiempo me enteré de su drama. A él le hacían mucho bullying y no había podido salir del clóset, porque, en los 60, 70, declararse gay era algo que solo hacía un héroe”, comentó el compositor.

Aunque en ‘El gran varón’ el final de Simón es desafortunado, por no decir fatídico y letal, la realidad es que para el momento en que Alfanno compuso la canción, el futuro de su amigo de adolescencia aún era incierto.

Para el momento en que fue escrita la canción, el amigo del autor aún no había muerto.

“‘En la sala de un hospital, de una extraña enfermedad murió Simón’. Hice esa estrofa, porque había que concluir la historia, pero mi compañero de bachillerato aún no había fallecido, estaba recluido en un hospital de Los Ángeles (EE. UU.). En esa ciudad fue donde se sintió libre”, añadió Alfanno a ‘AlDía’.

Una canción manchada por la censura y estigmatización

Si bien el lanzamiento de ‘El gran varón’ resultó reconfortante para algunos miembros de la población latinoamericana, también fue alarmante para otros que pensaban que las enfermedades de transmisión sexual, como el Sida, eran padecidas exclusivamente por integrantes de la comunidad LGBTIQ+.

“En Puerto Rico, una vez trataron de hacer una obra teatral llamada ‘El Gran Varón’, pero la gente la atacó mucho y tuvo que ser cancelada”, recordó Colón en una oportunidad, de acuerdo con el periódico mexicano ‘El Sol de México’.

Gran parte de la estigmatización hacia esta enfermedad provenía del desconocimiento: solo fue hasta comienzos de la década de los 80 que el Sida fue reconocido por primera vez por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. En Colombia, por ejemplo, el primer caso registrado en los medios se remonta a 1983, cuando una joven con antecedentes de prostitución internacional itinerante fue diagnosticada.

El Sida fue, y sigue siendo, una enfermedad ampliamente estigmatizada.

Si bien las tasas de VIH son desproporcionadamente mayores entre los miembros de la comunidad LGBTQ, el VIH no se limita a esta comunidad; y, por el contrario, su estigmatización ha servido para perpetrar ataques, críticas, rechazo y prejuicio.

“Cualquier persona, al margen de su orientación sexual, identidad de género, expresión de género u otros factores, puede contraer el VIH. Decir que el VIH es una enfermedad ‘gay’ o ‘LGBT’ es médicamente falso y solo sirve para perpetuar estereotipos dañinos sobre las personas que viven con el VIH y sobre los miembros de la comunidad LGBT”, explica la empresa Human Rights Campaign, el mayor grupo de presión a favor de la comunidad LGBTIQ+ en Estados Unidos.

Con información de ElTiempo

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