La princesa Diana sabía cómo divertirse más allá de las exigencias de la realeza. Como muestra de ello, la actriz cómica Cleo Rocos reveló en su libro The Power of Positive Drinking, el día en el que la señorita de Gales, el vocalista de Queen, Freddie Mercury y el showman británico Kenny Everett, se aventuraron a ir a un bar gay.
De acuerdo con lo reseñado por El País, los tres se encontraban reunidos en una noche de la década de los 80 bebiendo champán mientras veían una serie de televisión. La noche se fue calentando y la princesa, quien para ese entonces tenía 27 años, quiso continuar pasándola con sus amigos en la discoteca de ambiente, ubicada al sur de Londres.
Tanto Mercury como Everett intentaron disuadirla porque no se trataba de un sitio al que Lady Di pudiera ir y estaba “repleto de hombres peludos” y que a veces surgían pelead. Pero, según Roco, la princesa estaba muy entusiasmada esa noche y le suplicó al vocalista de Queen, hasta que finalmente cedió a llevarla.
“Dejemos que la chica se divierta”, dijo Mercury. La joven prometió que solo se tomaría una copa y se vistió de hombre para pasar desapercibida. Para eso, se puso una chaqueta militar, unos lentos oscuros y escondió todo su cabello bajo una gorra de cuero lo que la hacía lucir como “un modelo masculino vestido de manera excéntrica”. El grupo estaba listo para irse y tomó un taxi hasta Vauxhall Tavern.
En el lugar nadie la reconoció, hecho que le agradó a Lady Di. “Tenía el aspecto de un joven muy guapo”, detalla Roco en su libro. Diana pidió una cerveza y un vino blanco y cuando terminó, volvió a su casa acompañada de sus grandes amigos. Al día siguiente devolvió la ropa con el mensaje: “¡Tenemos que repetirlo!”.