Esta impactante declaración tiene lugar en ‘Animales Fantásticos 2’.
J.K Rowling cerraba en 2007 la historia literaria más rentable del siglo XXI. Las aventuras de Harry Potter tocaban a su fin y el mago ‘teen’ enterraba su varita para tiempo después ser formar parte de una obra teatral y verse involucrado en ‘Animales Fantásticos’, el taquillero ‘spin-off’ para los fans más nostálgicos. Era precisamente en dicha saga cinematográfica donde se abordan detalles del universo Potter que se no se narran en las novelas, como por ejemplo la juventud de Albus Dumbledore.
Una etapa misteriosa de la que se rumoreó bastante durante la publicación de los libros, pero de la que nunca se pronunció abiertamente la autora británica, hasta ahora. Han tenido que pasar 12 años desde el último tomo para que Rowling sacara del armario al director de Hogwarts. Y por la puerta grande.
Ha sido a través de una entrevista en exclusiva publicada en el dvd de ‘Animales Fantásticos 2’ (¿puede ser más ‘random’ esta intervención?) donde, ni corta ni perezosa, ha hecho esta referencia LGBT que debió de hacer tiempo atrás. El polémico romance relaciona al director del colegio con el mago Grindelwald, villano del filme que conoce a Dumbledore durante su adolescencia. Pero, ¿qué pasa exactamente entre ambos?
“La relación entre los dos fue increíblemente intensa, apasionada, y sin duda una relación de amor. Pero como pasa en cualquier relación, uno nunca sabe realmente lo que siente la otra persona”, confiesa la escritora y guionista de la nueva saga de películas. Y por si esto fuera poco explícito, añade: “Estoy menos interesada en el lado sexual —aunque creo que sí hubo una dimensión sexual en esta relación— que en las emociones que sienten el uno por el otro. Que al fin y al cabo es lo más interesante de todas las relaciones humanas”.
Ahora, la gran pregunta es: ¿por qué no optó por darte visibilidad a la comunidad LGBT durante la narrativa original? ¿Por qué ni siquiera lo insinuó en las películas? Esta es una de las principales críticas que los fans más acérrimos le han echado en cara a la escritora a través de redes sociales. Algo similar ocurrió cuando, tiempo después de finiquitar la historia, se rumoreó que Hermione Granger podía ser descendencia africana, ya que nunca se llegaba a detallar en los tomos el color de su piel, pero sí lo rizado de su cabellera. Así, en un ejercicio inclusivo muy necesario, Rowling se decantaba por una actriz de raza negra, Noma Dumezweni, para la obra teatral que sucede a los siete libros primigenios. Una sombra que sanaba, en parte, el reproche que tacha al famoso reparto de estar conformado exclusivamente de intérpretes blancos hetero cis y de figuras estandarizadas. reseña Cosmopolitan