Cuentan quienes la conocen bien, que ya de niña en Chacao, el municipio donde se crió, Irene Sáez se imponía por su carácter. Pero jamás pensaron que tiempo más tarde, en 1981 precisamente, a sus diecinueve años, se consagraría Miss Venezuela, Miss Universo e iría por la presidencia de su país disputándole esa aspiración nada menos que a Hugo Rafael Chávez Frías.
En campaña, allá por 1998, como para embarrarle bien el terreno al por entonces militar, solía repetir una frase de Margaret Thatcher, exprimera ministra del Reino Unido, popularmente conocida como La Dama de Hierro: “En política, si usted quiere que algo se diga, pídaselo a un hombre. Si quiere que algo se haga, pídaselo a una mujer”.
No faltaron las comparaciones entre Irene Sáez y Eva Perón cuando comenzó a recogerse como ella su cabello rubio. A propósito de ambas líderes políticas, le preguntaban durante una entrevista exclusiva para una revista venezolana en su residencia de Caracas acerca de ambas líderes políticas, en la previa a las elecciones presidenciales:
-¿Qué hay en usted de Eva Perón y qué de Margaret Thatcher?
Y así respondía:
-Se ha comentado mucho sobre mi parecido con Eva Perón. Ella fue una mujer muy interesante, producto de su época y de circunstancias específicas, pero yo me he inspirado en otras mujeres que llaman mi atención como Margaret Thatcher, a quien respeto, Indira Gandhi, Golda Meir, transformadora del Estado de Israel, y la Reina Sofía, ejemplo de sobriedad, sencillez e inteligencia.
¿Desde cuándo le gusta la política?, la consultaban las periodistas María Luisa Torres y María Dolores Feijoo.
-Comencé a solicitud de un grupo de vecinos del municipio de Chacao. Acepté el ofrecimiento y lo demás ha venido solo. El deseo de hacer el bien me ha llevado a la política… No me tiembla el pulso para tomar decisiones. Una monja que me dio clases en el colegio María Auxiliadora de las salesianas solía decir que yo era una vara de hierro forrada en terciopelo. Soy firme y enérgica.
Entre otras personalidades del mundo empresarial y político, Irene tiene amistad con el hoy expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y hasta se llegó a especular en medios venezolanos y del país del norte con un vínculo sentimental que los unió en el pasado. Versión que ambos respondieron en su oportunidad con un clásico al que recurre el planeta entero: “Somos solo amigos”.
Con ustedes… Miss Universo
Su carrera de modelo la llevó a que, en primer lugar, la consagraran Miss Venezuela en la vigésima octava edición, en Caraballeda, estado Vargas, el 7 de mayo de 1981. El certamen generó tanta expectativa que fue transmitido en vivo por Venevisión desde el Hotel Macuto Sheraton. Y todavía se recuerda porque tanto Irene Sáez, coronada reina, como la primera finalista, Carmen Josefina León Crespo (nacida en Maracay, estado Aragua, empresaria, columnista y ex-modelo) lograron coronarse Miss Universo y Miss Mundo ese mismo año, lo que provocó que Venezuela entrara en la edición del Libro Guinness de los récords de 1982.
La trigésima edición del concurso de belleza para Miss Universo se llevó a cabo el 20 de julio en el Teatro Minskoff de Nueva York. El evento del que participaron 76 postulantes fue transmitido vía satélite por la cadena de televisión estadounidense CBS y su estación principal WCBS-TV. Irene Sáez impactó al mundo y se convirtió en la segunda representante de su país en obtener el título de Miss Universo después de Maritza Sayalero en 1979.
Con Menem en la Argentina
Sostenida en esa tenacidad de la que hablaba, un día Irene decidió lanzarse con todo a la política. Se graduó en Ciencias Políticas en su tierra, en la Universidad Central de Venezuela, con promedios brillantes. En 1992 ganó la alcaldía del municipio Chacao, cargo para el cual luego fue reelegida en el 1995 con el 96 por ciento de los votos. Había logrado reducir el delito considerablemente más allá del 60 por ciento y embellecer un municipio difícil, de alto poder económico, demasiado tentador para la delincuencia que, por el contrario, crecía día a día en el país.
Con el afán de llegar a la presidencia decidió fundar su propio partido, al que llamó IRENE (Integración y Renovación Nueva Esperanza). “La Venezuela de la violencia me hizo asumir este compromiso”, insistía.
En marzo de 1998 fue invitada y recibida en la Argentina por el presidente Carlos Menem. “Estoy observando experiencias como la de su país para combatir la inflación, la paridad cambiaria y la nivelación del peso con el dólar”, dijo por aquellos tiempos, y completó: “También busco mejorar las relaciones con el Mercosur. Para analizar las posibilidades de convertir a Venezuela en miembro”.
Números infieles
De regreso a Caracas prometió luchar contra la corrupción, la burocracia y reducir la deuda pública. A comienzos de la campaña los números de las encuestas crecían y la posicionaban con aspiraciones. Recibió el apoyo del partido social-cristiano Copei, que se lo retiró días antes de las elecciones para favorecer a Henrique Salas Römer, el tercero en discordia que intentaba que Chávez no llegara al poder. Los resultados de los comicios fueron lapidarios para esa intención: Hugo Chávez se llevó la victoria con el 56.20 % de los votos contra el 39.97 de Salas Römer y el 2.82 de Sáez.
Aquel sueño de convertirse en presidente de su país no pudo ser. “¿Qué hace ahora Irene Sáez?”, tituló hace algunos meses el sitio venezolano el pitazo.net, que además de describir sus logros en los concursos de belleza, habló de ella en cuestiones políticas: “Su gestión aún es recordada por algunos ciudadanos, pues logró avances en materia de seguridad con la Policía de Chacao y la autonomía en materia de asistencial con la creación de Salud Chacao, que para ese momento la jurisdicción ni siquiera contaba con un ambulatorio”.
Hoy, a sus 61 años, Irene Sáez vive en Miami junto a su marido, el empresario Serafín García Armas, y cerca de su hijo Eduardo José Briceño Sáez (que tuvo con el politólogo venezolano Humberto Briceño León, de quien se divorció en 2002). Y aunque reserva mucho su vida privada, comparte en su cuenta de Instagram recuerdos de su pasado como reina de belleza. Y también frases, muestras de afecto, solidaridad y apoyo para sus seguidores y compatriotas que demuestran que más allá de la distancia está compenetrada con todo lo que acontece en su país.
Nunca falta el grato mensaje a sus fieles seguidores: “Los quiero”