Marabinos venden sus corotos para comprar comida

María González, de 47 años, mantiene a tres hijos en edad escolar y no tiene un empleo. Desde hace un mes decidió vender su ropa, bisutería y zapatos como una medida desesperada para conseguir un kilo de arroz y plátanos para el almuerzo. Como ella, al menos 200 familias en la urbanización San Jacinto, en el norte de Maracaibo, organizan su propia venta de “corotos” porque pasan hambre o no les alcanza el dinero. Así lo reseña laverdad.com

Por Paulina Chirinos

De lunes a viernes González prepara la mercancía, aunque algunas no desea venderlas. Espera visitantes desde las 7.00 de la mañana hasta las 7.00 de la noche. Al día se acercan 15 personas, en promedio, a preguntar precios y al menos seis de ellos compran, lo que se traduce en 10 mil bolívares, si tiene suerte. Los clientes buscan economía, ya que al ser prendas o artículos usados el precio es menor. Alegan que los centros comerciales y tiendas en el casco central de la capital zuliana ofrecen mercancía “muy cara” y decidieron probar suerte con los productos de segunda mano.

En el sector se evidencian puestos donde las personas dejan sus artículos y esperan un porcentaje de la venta. Néstor Ramos, de 50 años y pensionado de la Alcaldía de Maracaibo, repara electrodomésticos a la orilla de la calle, en el sector 16,  y recibe la mercancía que los vecinos ya no desean. Los ingresos promedio de los vendedores son de dos mil a 16 mil bolívares.

Mercados coroteros

La idea de despachar los bienes sin uso no es nueva y las coroteras se volvieron una opción “ganar-ganar” en tiempos de crisis: los vendedores necesitan dinero y los compradores buscan precios accesibles. González vende en su comunidad, pero hay mercados organizados por personas de clase media y baja.

A la tradicional Cotorrera del Ymca, en la avenida El Milagro, acuden personas de estratos sociales bajos desde hace 23 años. Hugo Quintero, director ejecutivo del mercado, comentó que tienen disponibilidad para 700 puestos. Indicó que hay necesidad de vender pero no es la misma afluencia de compradores porque lo que tienen lo gastan en comida. Notan que las personas buscan ropa, zapatos y juguetes para el diario y sobre todo para niños.

Las personas de clase media que se van el país ya no regalan sus prendas, sino que las venden y cuentan con una venta con “estilo” y pionera en su concepto cerrado, llamada el Corotazo Maracaibo. Su premisa: lo que no es útil para ti, puede serlo para otro.Ana Virginia González la preside y explicó que desde el año pasado ofrecen un espacio seguro para que los expositores que desean vender sus artículos de segunda mano, que están en buenas condiciones, así como los emprendedores. A diferencia del resto de los mercados tienen normas de admisión, mecanismo de control interno, punto de venta y animación en vivo para conseguir productos con facilidad. “Los compradores buscan los estrenos en nuestro corotazo, por eso les garantizamos tranquilidad y calidad”.

Las coroteras se volvieron una opción para vender objetos sin uso y para otros, como María González, la única alternativa para alimentar a su familia. Ambos ven el comercio informal como una salida a su alcance para obtener más ingresos.

Precios promedio en coroteras

Ropa                             2 mil a 15 mil

Zapatos                        3 mil a 10 mil

Juguetes                       5 mil a 20 mil

Electrodomésticos       10 mil a 30 mil

Bisutería                         500 a 3 mil