El pasado 17 de agosto el Gobierno hizo un conjunto de anuncios en materia económica, bautizado por el pueblo como el paquetazo rojo. Se trata de medidas encaminadas a extraer del bolsillo del venezolano los recursos para financiar el enorme déficit fiscal provocado por una política económica irresponsable.
El resultado del paquetazo será, seguramente, mayor inflación y una acentuación de la contracción de la economía. En primer lugar, el gobierno decretó una maxi devaluación del bolívar, la mayor de la historia de Venezuela al pasar el dólar oficial de Bs 240.000 por dólar a Bs. 6.027.000 por dólar, lo que representó una depreciación de nuestro signo monetario de 2.400%.
Ello indudablemente ya está teniendo un efecto inflacionario visible y destructivo sobre las remuneraciones de los trabajadores activos y jubilados.
En segundo lugar, se autorizó un incremento del IVA de 12% a 16%, lo que indudablemente en un primer momento elevará los precios en la misma magnitud. Ese impuesto se impone sobre un nivel de consumo muy mermado por la hiperinflación.
En tercer lugar se anunció un impuesto a las transacciones financiera para los grandes contribuyentes, cuya capacidad de recaudación es literalmente nula.
En cuarto lugar, el Gobierno aplicó un sustancial aumento de los salarios nominales de 6.000% que hasta ahora nadie sabe cómo lo pagará sin generar inflación. Está fuera de discusión que el trabajador requiere un aumento de su ingreso, el problema reside en el hecho que todos los aumentos salariales anteriores fueron disueltos por la inflación y esta vez no va ser diferente. Las fuentes genuinas de ingreso son tan precarias que con seguridad será el BCV quien acabe poniendo el dinero para sufragar ese aumento salarial y por tanto generando inflación.
En quinto lugar se expuso que la gasolina será aumentada a nivel de los precios internacionales, lo que implicaría llevar el precio a aproximadamente US$ 1,20 por litro. Así, para llenar un tanque de gasolina de 40 litros tendrá un costo de US$ 48, impagable por los venezolanos hoy arruinados. Se dijo que habrá un subsidio a la gasolina para quienes tengan el carnet de la patria, pero en cualquier caso el precio reflejará un alza significativa.
En sexto lugar, se propuso una meta de cero déficit fiscal, en el peor momento del ciclo económico. De los veinte años del chavismo-madurismo en el poder en diez y ocho años ha habido déficit, inclusive con el precio del petróleo en niveles cercanos a US$ 100 por barril. Ahora esa promesa luce imposible de cumplir. Entre tanto, el pasaje de transporte colectivo fue aumentado en 10.000% en un día, lo que agrega un nuevo golpe al bolsillo depauperado de los pobres.
Todos estos incrementos, de la gasolina, el dólar y el transporte ponen al desnudo la gran orgía de demagogia que Hugo Chávez instaló en Venezuela y que hicieron al país inviable. Ahora ante la exacerbación de la hiperinflación y la incertidumbre sobre los precios, la respuesta del gobierno fue la de siempre, la represión y esta vez le tocó a los comerciantes que fueron encarcelados.
En el fondo, lo que vemos es el colapso del socialismo del siglo XXI, que ha causado un daño enorme al país y que habrá que reparar antes de que Venezuela se disuelva como nación. reseña Noticiero Digital