El incremento de la demanda de billetes, ocasionado por una mezcla de alta inflación y “bachaqueo”, ha puesto límite a las cantidades de efectivo que ofrecen los cajeros automáticos y las taquillas de los bancos a sus usuarios. Esto, considera la firma Hinterlaces, pone en riesgo la confianza del venezolano en el sistema financiero y puede derivar en protestas populares.
No obstante, para algunos analistas, emitir un billete de Bs 500 y Bs 1.000 sería una “solución a corto plazo” que no resolvería el problema por completo. “En el billete de Bs 100 se está concentrando todo el problema, acercándonos a la necesidad de una reforma monetaria lo antes posible. Existe un desequilibrio entre el cono monetario y el sistema de precios relativos”, sostiene el más reciente informe.
Para Hinterlaces, el proceso inflacionario y la rigidez del cono monetario llevaron a la necesidad de grandes volúmenes de efectivo para transacciones que antes no lo requerían. A esto se une el desarrollo del mercado informal, que no ofrece puntos de venta ni acepta otras formas de pago.
También destaca que la lentitud por parte de las autoridades en la toma de decisiones al respecto puede llevar a que las soluciones lleguen después de darse escenarios “críticos”, como corridas bancarias, protestas populares y daño a la confianza en el sistema bancario.
Los efectos de esta situación para los bancos pueden ser altamente nocivos. Advierte que la presión en la gente de sacar efectivo podría sobrecargar la red y dañar el sistema mecánico de los cajeros; además, se duplican los costos del transporte y complican el suministro de efectivo en los cajeros del interior del país.
“Los montos de efectivo duran apenas unas ocho horas en promedio, lo que implica la activación de operativos de recarga durante el día por parte de los bancos”, añade.
Para la firma, “habría que hacer una reforma monetaria integral que además del tradicional cono monetario, incluya la relación entre reservas y la emisión monetaria”, indica el texto.
El Estímulo