Los precios siguen aumentando, siendo una constante en Venezuela, un país hundida en la peor crisis hiperinflacionaria en su historia. Un ejemplo de ello es la charcuteria.
Años atrás, un sandwich o arepa con jamón y queso amarillo era “el resuelve” de cualquier familia venezolana. Ahora, es todo un lujo. El precio de un kilo de queso amarillo está en 3.450 bolívares, cuando el salario mínimo mensual es de 1.800 bolívares, reseña El Cooperante