Economistas advierten sobre necesidad de imprimir billetes de 1.000 bolívares

La velocidad con la que suben los precios de bienes ha traído como consecuencia que los venezolanos tengan problemas para preservar el dinero en efectivo. A la situación se suma el creciente contrabando de productos que ha creado el control de precios y que demanda exclusivamente billetes de 50 y 100 bolívares, razón por la que se han hecho escasos.

Ante este escenario, los economistas Ronald Balza Guanipa y Anabella Abadi advierten sobre la necesidad de que el Banco Central de Venezuela autorice la impresión del billete de 1.000 bolívares, publicaEl Nacional.

 

“No se consiguen billetes de 100 bolívares por el volumen que representa transportar otros de denominaciones más bajas”, indica Balza. “El billete es papel y ocupa un espacio. De allí que necesitemos con urgencia el de 1.000 bolívares, y así reducir la cantidad de billetes de bolívares 100 en 10 veces, por lo menos”, agrega.

Anabella Abadi añade que hay operaciones diarias de compra y venta que tienen que hacerse en efectivo. “Como todo se ha tornado tan costoso, se requieren más billetes para las transacciones pequeñas. Hasta para pagar un refresco se necesita un billete de 100 bolívares”.

Inflación mata billete
La inflación promedio al cierre de julio pasado fue de 12,8%, según información extraoficial. La cifra es la estadística original sin modificar que recibe el BCV y que sitúa el índice nacional de precios al consumidor en 139% en los últimos 12 meses. Las firmas internacionales y nacionales calculan que el alza de precios promedio cerrará el año por encima de 200%.

Balza refiere que hay una relación entre la inflación y la demanda de efectivo. Asegura que se suele decir que la máquina de imprimir billetes es la que genera inflación, pero los billetes son solo 9% de la liquidez monetaria. El resto corresponde a depósitos a la vista y de ahorros que son transferibles. “Cuando te pagan en la empresa donde trabajas te hacen un depósito en un banco que se retira en efectivo, por tarjeta de crédito, débito o transferencia electrónica. Esto quiere decir que para hacer pagos no siempre necesitas billetes, sino que se usan para transacciones pequeñas como ir al abasto, comprar un café o alguna operación simple”.

Los billetes también son fundamentales para las personas que no están bancarizadas o para los pensionados, a quienes les cuesta adecuarse a las nuevas tecnologías financieras, dice el economista.

Las cifras que maneja Anabella Abadi reflejan que 33% de todos los billetes en circulación son de 100 bolívares y entre 19% y 20% son de 50 bolívares; es decir, 50% del total de billetes en la calle pertenecen a estas dos denominaciones. “Aun así son insuficientes porque con los demás billetes de menor denominación no se puede pagar nada, pues su valor no alcanza para cubrir el costo del bien. Por eso la gente prefiere que le den billetes de 100 y de 50 bolívares cuando va a un banco o a un cajero electrónico”.

Abadi recuerda que cuando se llevó a cabo la reconversión monetaria en 2007, de cada 100 monedas y billetes en circulación 8 eran de 50 bolívares y 2 de 100 bolívares. En contraste, en junio de 2015 la relación fue de 12 billetes de 50 bolívares y 21 de 100 bolívares, lo que muestra que los billetes de más alta denominación pasaron de ser los menos comunes a los billetes con mayor circulación en 7 años.

¿Qué está pasando?
A medida que aumenta la cantidad de dinero en circulación —debido al financiamiento que mantiene el BCV con Pdvsa— se generan nuevos depósitos en el sistema financiero. De allí que la necesidad de efectivo se incrementa por el aumento de los precios de los bienes. “Si el billete de 100 bolívares es el de mayor denominación necesitamos entonces más de estos”, explica Balza.

La inflación, apunta, es la responsable de que el venezolano necesite utilizar billetes de mayor denominación. “Esta situación era previsible desde la reconversión monetaria en 2007”. Indica que ese proceso se hizo a tres años de haberse creado el Fondo de Desarrollo Nacional, que comenzó a extraer dinero de las reservas internacionales para inyectarlo en la economía. “La política monetaria del gobierno es lo que ha debilitado nuestro bolívar, por eso nuestro billete de 100 bolívares ya no vale casi nada”.

Abadi afirma que si el gobierno no toma la decisión de imprimir nuevos billetes las transacciones pequeñas serán más complicadas cada día. Cita como ejemplo el hecho de que los cajeros automáticos no pueden dispensar más dinero porque están al máximo del número de billetes que cabe en la ranura de cada uno. Esa es la razón por la cual los ahorristas retiran efectivo varias veces a la semana. “Eso se denomina ‘costo suela de zapato’ porque le genera pérdida de tiempo y costos mayores a los ciudadanos. La idea de la existencia del billete es facilitar las transacciones, no hacerlas más complicadas”.

Abadi se refiere al asunto de las transacciones en la frontera con Colombia y a las actividades ilegítimas como el contrabando, en las cuales es más fácil hacer las operaciones con billetes de alta denominación. “Un billete de 100 bolívares puede llegar a tener una denominación de 150 bolívares en la frontera, porque al ser escaso el valor que representa es mayor”.

El gobierno ha rechazado ordenar al Banco Central que emita un nuevo billete con una denominación más alta. En su lugar contrató a dos empresas alemanas para que impriman un mayor número de papel moneda que serán transportados por avión, informó una fuente extraoficial cercana al BCV. La medida se tomó en vista de que la Casa de la Moneda en Maracay no se da abasto para imprimir billetes y ha tenido problemas con los insumos como papel moneda y tinta.

Por este motivo el viernes anunció la licitación internacional para la “adquisición de papel de seguridad para la impresión de billetes de  50 bolívares y 100 bolívares”, señala un comunicado de prensa  publicado en su portal de Internet.

El ciclo perverso
Los controles de precios y cambiario no solo han contribuido al deterioro del salario, sino también al auge de operaciones ilegales como el contrabando, afirma el economista Ronald Balza. Existe un ciclo perverso de los billetes de alta denominación que son utilizados como medio de pago para obtener ganancias cambiarias y funciona de la siguiente manera: Los bolívares son utilizados para comprar gasolina en Venezuela que luego es transportada ilegalmente a Colombia para ser vendida a un precio mucho más alto. Al contrabandista se le paga por la gasolina en pesos, que después cambia a bolívares pero a la tasa de cambio paralela y así obtiene una mayor cantidad de dinero que la que utilizó para comprar el combustible. La devaluación es de 10.376% aproximadamente con respecto al tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar.

El contrabandista regresa nuevamente a la frontera con los bolívares ganados y compra en Venezuela productos a precios regulados, que posteriormente revende ilegalmente en Colombia y multiplica todavía más el capital inicial invertido. Todas estas operaciones se hacen con billetes de 100 y 50 bolívares y por eso las agencias bancarias han tenido problemas con la oferta de papel moneda de estas denominaciones.

Datos
-El costo de imprimir 1.000 billetes de 100 bolívares era de 40 dólares hace 5 años. El diseño utilizado en este papel moneda lo hace el más costoso.
-La impresión en papel moneda de un solo billete de 100 bolívares tiene un costo de 0,4 centavos de dólar.
-El precio de impresión de los billetes de  2, 5, 10 y 20 bolívares es mucho más alto que el valor que representa la denominación que llevan impresa.
-85% de los insumos empleados para imprimir billetes en la Casa de la Moneda en Maracay, estado Aragua, son importados.