El problema más grave actualmente de la economía, es la brecha cambiaria que empezó a incrementarse en el primer trimestre del año pasado y ahora el tema es cómo cerrarla.
La afirmación corresponde al economista y analista de datos, Luis Bárcenas, quien señaló que en primera instancia hay que entender que la brecha tiene que ver con la falta de divisas en la economía o con la falta de oferta de divisas, sobre todo del gran oferente que es el sector público, si bien el sector privado sustenta gran parte importante de la moneda extranjera en Venezuela probablemente un tercio o un poco más de las transacciones en ese mercado las sustentan las ventas del Banco Central de Venezuela.
“Esas ventas se han visto de alguna forma marcadas por una suerte de inestabilidad en el último año, ya a las empresas no les es básico las divisas como antes y ya las ventas al menudeo son prácticamente inexistentes”, explicó el economista.
Indicó que, en ese sentido, una alternativa seria tratar de mejorar la disponibilidad de divisas, “el problema es cómo hacerlo, si esa falta de disponibilidad proviene del contexto institucional o político que vivimos hoy en día o fallas en la cobranza del crudo en los mercados internacionales, probablemente es poco lo que se puede hacer”.
A su juicio, lo que sí se puede hacer es dejar que los bancos liberen un poco más de lo que tienen represado en sus cuentas en divisas, bien sea otorgándoles mecanismos para que se intercambien divisas de manera electrónica o incluso permitiendo que los bancos presten más en divisas esos depósitos; eso sería una alternativa. “Estamos hablando de $ 3 mil millones que probablemente hay en depósitos y que podrían circular de nuevo de manera fluida”.
El otro punto, que es incómodo desde el punto regulador es el tema de la devaluación. Una alternativa también es dejar que el tipo de cambio oficial se ajuste más a la realidad del mercado, porque un problema fundamental en la brecha es que ese tipo de cambio oficial que vemos todos los días en las páginas de los reguladores que vamos a evaluar cada vez que hacemos una transacción, es irreal no se corresponde con el entorno de precios que vivimos hoy en día, no se compatibiliza con unos precios en divisas que incluso sigue creciendo por encima del 10%, una inflación en bolívares que está por encima del 60% .
Considera que, “No hay una razón económica ni pragmática que justifique ese tipo de cambio, creo que una alternativa sería ir de a poco devaluando ese tipo de cambio porque a final de cuentas el efecto inflacionario puede ser muy rápido en esa devaluación y tratar de frenar lo que es más grave que es la brecha”, y en ese sentido yo creo que es una alternativa a la mano de quien controla el mercado cambiario.
Impacto del diferencial cambiario
El principal impacto que tiene el diferencial cambiario en la economía es el nivel de precios, hay un nivel de distorsión de todos los precios que enfrentan no solo los hogares, sino también las empresas. Casi todas las empresas del país están enfrentando un gran problema en materia de flujo de caja y de rentabilidad.
Bárcenas, explicó que, de alguna forma lo que termina sucediendo es que las empresas para poder subsanar el problema tratan de trasladar ese diferencial a los precios, tratando de ajustar en alguna medida su valor en dólares inicial y luego cuando la empresa vende los bienes y servicios que ofrece a la economía, trata de cerrar un poco ese costo mayor y ese ingreso menor. Ese es el principal defecto y esto ocurre en todo el mercado.
Otros elementos de impacto
Para el economista existen otros elementos más allá del precio un de ellos es que están cambiando los hábitos de consumo y también los hábitos de gasto, “hemos vuelto nuevamente a ese miedo de usar las divisas por temor a trasladarlos a otra persona, es decir yo no quisiera o no tengo el incentivo para pagar en divisa porque cada divisa que pago pierdo a la hora de venderla a un tipo de cambio mayor”.
Esa retención de dólares afecta al mercado, el tipo de cambio se refuerza con esa falta de divisas y comienza a incrementarse y se vuelve una especie de “bola de nieve”.
El otro punto, que es fundamental es que se vuelve a ese esquema en el cual el comerciante dice “si me pagan en divisa es un precio, si pagan en bolívares es otro. Eso crea mucha incertidumbre porque al final del día es lo que nos cuesta, y no sabemos qué va a pasar el día de mañana, si un kilo de harina de maíz va a seguir costando lo mismo, si se lo compramos al bodeguero o a una empresa grande y si lo pagamos en divisa o en bolívares”.
Esta situación al final termina afectando la misma dinámica de precios y al mismo tema cambiario que de nuevo es algo que se retroalimenta y termina por ponernos en un contexto donde lamentablemente vivimos en un entorno donde es más difícil tratar de sobrellevar la inestabilidad de los precios en medio de esa volatilidad del tipo de cambio que lamentablemente ese diferencial no termina de cerrarse. EU