Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostiene que los bancos centrales de América Latina y el Caribe deberían adoptar medidas “no convencionales” para evitar las consecuencias permanentes del shock resultante del nuevo coronavirus en la región.
Además de las herramientas tradicionales, como los recortes de tasas de interés, los bancos centrales deben tomar medidas no convencionales para evitar las consecuencias permanentes de un shock negativo, transitorio pero potencialmente grave, dice el documento obtenido por Reuters.
El informe sostiene que el Producto Interno Bruto de la región sufrirá reducciones significativas en 2020, entre un 1,8% en un escenario moderado y un 5,5% en el más extremo, debido al impacto de la pandemia.
De acuerdo al banco, el daño económico se mantendrá durante los próximos dos años, a menos que los gobiernos de los 26 países de la región implementen programas enfocados para compensar los impactos. El reporte sostuvo que la región se verá muy afectada en términos de reducción del PIB.
La proyección de crecimiento para toda América Latina y el Caribe, que era del 2,1%, puede caer en un 2,1% entre 2020 y 2022, en el escenario más moderado, y hasta un 4,8% en el más crítico, de acuerdo al BID.
El BID sostuvo que los objetivos principales de las políticas macroeconómicas durante la pandemia deberían ser compensar a los trabajadores, especialmente los más vulnerables, para ayudar a las empresas a mantener el empleo y apoyar a los bancos para llevar a cabo operaciones que ayuden a la economía.
“Nuestra región sufrirá un shock económico de proporciones históricas”, dijo Eric Parrado, economista jefe del BID, en un comunicado distribuido a la prensa.
“Los países deberían estar salvando vidas, garantizando la distancia social y proporcionando recursos adecuados para sus sectores de salud. Las intervenciones económicas complementarias y temporales pueden apoyar a la economía durante las cuarentenas parciales y organizadas”.