Representantes de las compañías privadas de servicios petroleros de Venezuela propusieron al gobierno flexibilizar las restricciones a la importación y venta de la gasolina, en medio de la más severa escasez de combustible en más de una década.
En una declaración pública esta semana y en conversaciones con funcionarios del gobierno del presidente Nicolás Maduro y la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), miembros de la Cámara Petrolera entregaron una propuesta que permitiría a privados importar gasolina, según tres personas con conocimiento del tema.
El planteamiento enfrenta muchos obstáculos, entre ellos un generoso subsidio que asume Pdvsa y que hace que el combustible sea casi gratis, lo que complicaría los esfuerzos de las empresas privadas para obtener ganancias.
Una ley de 2008 también reserva al Estado venezolano las actividades del suministro y transporte del hidrocarburo.
Ante este panorama, la propuesta de trasladarle a empresas privadas la responsabilidad de adquirir combustible, distribuirlo y venderlo dentro del país ha cobrado fuerza.
El grupo que actualmente maneja Pdvsa, liderado por el vicepresidente sectorial para la economía, Tareck El Aissami, junto a técnicos de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP), ha estado diseñando alternativas basadas en esta propuesta que no es nueva pero que ha sido desempolvada.
Una de las alternativas en las que se trabaja es que sean los privados directamente quienes adquieran el combustible, en vista de que están exentos de las sanciones de Estados Unidos. Adicionalmente, estarían a cargo de la distribución y de la venta en todo el país. Para ello, las estaciones de servicio pasarían a ser manejadas por estos a través de comodatos cedidos por Pdvsa, reveló la fuente.
El precio de venta de combustible a particulares y para el transporte público también ha sido objeto de discusiones. Una de las propuestas es que sean los privados quienes expendan la gasolina a precio de mercado. No obstante, también se ha discutido la posibilidad de que podría darse un incremento escalonado. El tema del precio es sumamente sensible para algunos; mientras que para otros en este momento no es tan relevante y argumentan que la población prefiere conseguir el producto, aunque sea más costoso.
La discusión en los últimos días se ha centrado en que actualmente, y a razón de la escasez de combustible, se ha abierto un mercado negro en el que se vende el combustible a un precio de entre y 2 y 4 dólares el litro de gasolina.
Dentro de los modelos que se discuten está la posibilidad de que Pdvsa cobrara impuestos a los privados, obteniendo así ingresos que le ayudarían en su flujo de caja, y también eliminara el subsidio al precio de combustible que ha deteriorado en gran medida al sector.
Sobre el transporte público, la fuente cercana a Pdvsa indicó que gran parte de este parque automotor funciona con diésel, que en este momento no presenta problemas de inventario. Al transporte de carga de alimentos e insumos en general que viaja alrededor del país, se le podría aplicar una tarifa preferencial, al igual que a otros sectores.
Una fuente vinculada a la distribución de combustible explicó que una de las opciones que se maneja legalmente para la gasolina es retomar la derogada Ley del Mercado interno de Combustibles, que permitía que privados estuvieran a cargo de distribución y venta al detal.
«¿Qué empresa va a querer montar una gasolinera sin una ley que permita la operación de privados? Por otro lado, el esquema tarifario tiene que estar muy claro y, en un primer momento, la gasolina primordialmente tendrá que importarse como se hacía aquí en Venezuela antes de que se construyeran las refinerías durante la dictadura de Pérez Jiménez», dijo. «Eso siempre se le dijo a la gente del ministerio, pero estaban negados porque era ir contra el legado de Chávez», agregó.
La propuesta -que no es ajena al sector privado- tendría que diseñarse en conjunto con la Cámara Petrolera y otros gremios para poder hacerla viable.
Uno de los mayores escollos a superar para esta alternativa es la resistencia de los sectores radicales que hacen vida dentro del gobierno de Maduro, según otra fuente consultada cercana al entorno de El Aissami.
Hasta el cierre de esta edición, los barcos que presuntamente se dirigían a puertos venezolanos y que son propiedad de un empresario local habrían sido detenidos.