Inactividad económica, presión cambiaria, inflación y escasez de gasolina son los escenarios a corto plazo

dólares

En medio de una repentina paralización casi total de la economía por la pandemia del coronavirus, que ha disparado al dólar 75% en las últimas tres semanas, al pasar de 68.633 a 120.000 al cierre de este miércoles 8 de abril, plantea un escenario a corto plazo de mayor inflación, de inactividad forzada de la mayor parte de la economía y desabastecimiento de gasolina por la dependencia a las importaciones dificultadas por la pandemia  las sanciones económicas contra Venezuela.

La inyección de liquidez monetaria por las compensaciones sociales por la pandemia, provocará una mayor presión cambiaria, la emisión de más de 13 billones de bolívares para la entrega de compensaciones directas a la población a través del carnet de la patria, el cual cuenta con más de 9 millones de afiliados. Esta cifra equivalente a unos 130 millones de dólares e indice en la demandan de divisas. En esta ampliación de la liquidez monetaria también se incluye el pago de nóminas del sector privado que se acogieron bajo el llamado del ejecutivo ante la pandemia de covid-19.

El escenario más probable es que la economía siga inactiva en más del 90% durante todo el mes abril y tal vez mayo de 2020.

Respecto a la inflación, se estima que en abril podría haber una tasa mayor de inflación respecto a marzo junto a una mayor ausencia de productos esenciales producto de la escasez de gasolina.

La economía venezolana ya con seis años consecutivos de crecimiento negativo, coleccionará otro, con el agravante de la crisis de la pandemia, que ha roto en la práctica, todas las cadenas de suministros y con una banca atada aún a una política de encaje legal que ha paralizado la intermediación bancaria.

El reto de Venezuela, es poder superar una crisis política, que ya llega a un nivel de aniquilación, el liderazgo político tiene que ponerse de acuerdo para que el país pueda acudir a financiamientos para evitar la pérdida de los activos en el exterior tanto de PDVSA como de la nación, recuperar la industria petrolera y la producción de alimentos, atender la crisis humanitaria y de servicios públicos con mayor énfasis en el sector eléctrico.