El estadounidense Sepp Kuss se convirtió este sábado en el virtual vencedor de la Vuelta a España, pese a entrar a más de 10 minutos del ganador de la 21ª y penúltima etapa, Wout Poels.
Poels se impuso al término de una larga etapa de 208 km, por delante del belga Remco Evenepoel, que entró segundo, y el joven español Pelayo Sánchez.
La jornada no trajo ningún cambio en la general, que encabeza Kuss, quien, salvo catástrofe, se subirá a los más alto del podio el domingo en Madrid tras la última etapa.
El primer estadounidense en ganar una gran Vuelta desde que Chris Horner lo hiciera tambien en la Vuelta en 2013, debería estar acompañado por sus compañeros del Jumbo-Visma, Jonas Vingegaard, segundo de la general a 17 segundos, y el esloveno Primoz Roglic, tercero a 1 minuto y 8 segundos.
Los tres ciclistas entraron juntos y abrazados en la meta de Guadarrama, en una imagen que ilustra un histórico triplete de victorias para el equipo neerlandés en Giro, Tour y Vuelta este año.
2⃣…❤️…3⃣
😎 ¡El trabajo está (casi) terminado!
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Ningún conjunto había logrado poner a tres corredores en el podio de la Vuelta desde que lo hiciera en 1966 el equipo Kas-Kaskol en 1966.
Y completar en lo alto de las tres Grandes con Vingegaard en el Tour, Roglic en el Giro y Kuss en la Vuelta es una hazaña aún mayor.
«Estoy reventado después de esta etapa, pero muy feliz, ha sido muy especial terminar la etapa con mis compañeros», dijo Kuss tras la etapa, antes de asegurar que «ya casi, casi».
De gregario a líder
El estadounidense, como suele ser habitual, había empezado la Vuelta como gregario pero tras alzarse como líder en la 8ª etapa, puso más confusión en un equipo que no tenía muy claro cómo compaginar las ambiciones de Roglic y Vingegaard con la llegada de su mejor gregario.
Tras varios días de incertidumbre, finalmente el director del Jumbo, Richard Plugge, decidió que Kuss sería el elegido para la victoria.
La elección pudo disgustar algo a Roglic que apuntaba a su cuarta Vuelta, pero el esloveno siguió la directiva que coloca a Kuss en lo más alto del podio.
Las dos grandes figuras del Jumbo y su gregario de lujo, reconvertido en líder en esta Vuelta, se tomaron la etapa con cierta calma, conscientes de que sólo una catástrofe podía amenazar su dominio, tras rendirse hace varios días su principal competidor, Remco Evenepoel.
El belga fue una de las principales figuras que integraron la fuga del día, que llegó tener hasta 31 hombres en su momento más numeroso, mientras por detrás el pelotón se dejaba ir.
«Pusimos un buen ritmo, pero no fue un ritmo para pillar la escapada, un recorrido así es muy duro y tirar así todo el día…», explicó Kuss.
A 14 km del final, Poels atacó en la fuga en las duras rampas del 6,6% de media de la última subida del día por las calles de El Escorial, arrastrando tras de sí al español Marc Soler y al belga belga Lennert Van Eetvelt, a los que se unieron en la bajada Evenepeol y el Pelayo Sánchez.
El quinteto fue relevándose para distanciarse del grueso de la fuga hasta encarar la meta, donde Poels impuso su golpe de pedal por delante de Evenepoel.
El domingo tendrá lugar la 21ª y última etapa de la ronda española, de 101 km, entre el Hipódromo de la Zarzuela en las afueras de Madrid y el centro de la capital española, habitualmente convertida en un desfile para el ganador y último premio para los velocistas. AFP