Real Sociedad gana al Mirandés en la ida de semifinales de la Copa del Rey

Victoria de la Real Sociedad en la ida de esta semifinal de la Copa del Rey con goles de Oyarzabal de penalti y Odegaard. El Mirandés, que llegó a empatar el duelo con un gol de Matheus, se jugará el pase a la final en Anduva con la ilusión de ese gol que les mantiene con vida.

La Real Sociedad dominó en el marcador gracias al gol de Oyarzabal de penalti, luego igualaron los del Mirandés con Matheus y se adelantó de nuevo el equipo donostiarra con gol de Odegaard. Partidazo en el Reale Arena.

Otra vez Anduva. El sueño del Mirandés sigue vivo tras caer por la mínima ante la Real y la mística del humilde campo de los rojillos decidirá cuál de los dos pone rumbo a La Cartuja. Sevilla en el horizonte y los burgaleses se niegan a rendirse. Va con ventaja la Real tras el 2-1, pero los de Iraola creen, siguen sin despertar de un sueño que ya casi parece eterno. Es ‘su’ Copa.

Y eso que a los siete minutos dio la sensación de que el partido no iba a tener historia alguna. Odei se equivocaba y cometía un claro penalti sobre Portu que, en el 9′, se encargó de transformar Oyarzabal con la clase que le caracteriza. Facilito. Pase a la red. Lo normal es que el Mirandés se hubiera venido abajo. En un campo enorme como el Reale Arena, ante un equipo de una categoría superior, por detrás en el marcador… Pero nada de eso.

Los jabatos, como se conoce al equipo de Iraola se sacudieron el golpe y empezaron a hacer su juego. Merquelanz era una pesadilla por la banda zurda del que, si todo va bien, será su estadio el año que viene; Guridi, otro txuriurdin cedido en Anduva, ponía pausa y cerraba el medio; y Malsa estaba logrando que Odegaard no estuviera cómodo ni con balón ni sin él.

La presión arriba y en el centro del campo comenzó a darle sus frutos al Mirandés. El grueso de la posesión la tenía la Real, pero los burgaleses salían con peligro a la contra. No estaba a gusto el equipo de Imanol y veía cómo por momentos la ilusión mirandesista podía más.

A Matheus le estaba tocando tirar de oficio arriba junto a Antonio Sánchez en la presión. Kilómetros de carrera sin balón para incomodar, para que los Le Normand, Aritz y compañía no sacasen el esférico con facilidad. Y pasó lo que podía pasar. Un pase de la defensa con mucho peligro a Odegaard se lo levantó Malsa al noruego y Matheus se encargó del resto. Recorte en el área del jugador revelación de la Copa y, con lago de suerte tras tocar en la zaga, se hizo imposible para Remiro.

Los 1.000 aficionados del Mirandés que se habían desplazado a San Sebastián se frotaban los ojos. No se lo podían creer. ¿Gol? Sí, 1-1 en el 39′.

Pero cuando dejaron de celebrarlo ya estaban lamentando el 2-1. La Real no estaba cómoda pero tiene calidad para aburrir. Apareció Odegaard por primera vez en el partido y gol. Dos paradones de Limones, primero al noruego y luego a Portu, no fueron suficientes para evitar que ‘Martintxo’ fulminase la red visitante.

El Mirandés siguió presionando después del paso por vestuarios. Iraola tiene trabajado a la perfección cómo tejer una red difícil de superar. Desde los delanteros a los defensas, todos aprietan. La Real demostraba que era el equipo de Primera poniendo más calidad. En un maravilloso pase filtrado de Odegaard a Portu, que se quedó solo, apareció Limones para hacer otro paradón. Se estiraban los txuriurdin, pero no se acongojaban los jabatos. Remiro tuvo que aparecer con dos disparos lejanos, primero de Antonio Sánchez y después de Kijera.

El Mirandés seguía manteniendo un resultado que le permitía soñar con la vuelta en Anduva. Los de Iraola iban sin prisa y a la Real se le hacía tarde. Pasaban los minutos y el conjunto rojillo seguía intacto. El físico parecía aguantarle.

Pudo dejar sentenciada la eliminatoria Oyarzabal en el 83′ con un zapatazo que se fue muy cerquita del palo mirandesista. La volvió a tener el conjunto txuriurdin en el último segundo. Guridi casi se mete la bola en su portería al peinar una falta, pero Limones volvía a estar perfecto. Final.

El Mirandés respiraba y todos abrazaban a su portero. Exhaustos tras el esfuerzo, pero sabiendo que tienen mucho que decir todavía. La semifinal sigue completamente abierta. Sigue manteniendo el sueño intacto. Anduva volverá a vestirse de juez.