Un Real Madrid con ocho suplentes se impuso a un Osasuna con otros tantos, en un duelo decidido por dos goles de dos jugadores que no llegan a los 20 años.
Los brasileños Vinícius y Rodrygo fueron los héroes de un Bernabéu casi lleno que vio cómo los suyos se ponían líderes en solitario. Tras unos inicios de igualdad total, aunque con más peligro de los locales, Vinícius se la jugó con un disparo desde la frontal del área a la media hora de partido.
Como parece que el brasileño no puede marcar si no es con contacto de un defensa, esta vez fue Raúl Navas quien desvió mínimamente el gran disparo del joven astro madridista, que estalló en lágrimas cuando vio el balón en la red. Tanto se vino arriba Vinícius, que lo intentó a continuación esta vez sin suerte.
El que tampoco tuvo acierto fue Jovic. El delantero centro que alineó Zidane mostró de todo menos gol, que es exactamente lo que le pide. Primero perdonó un gol claro después de un rechace de Rubén a un mal despeje de un defensa, y después marró otra ocasión clara ante el portero. No fue el día del serbio.
Por no salirle, no le salió ni un gol que habría sido su redención de la noche. Un gran pase de Lucas Vázquez entre líneas conectó con Jovic, pero por escasos centímetros estaba en fuera de juego, como confirmó el VAR. La noche tenía ritmo de samba, y para eso salió Rodrygo.
El joven brasileño dio relevo a su compatriota y amigo y no tardó más de un minuto en levantar al Bernabéu. En el primer balón que tocó, hizo un recorte al defensa y disparó duro para marcar su primer tanto como madridista en partido oficial ante su público.
El descaro del joven Rodrygo le convirtió en el referente en el ataque, incluso cuando entró James por un Fede Valverde que se retiró con molestias.