El Madrid empata de penalti un partido plano en el que nunca estuvo cómodo. Las Palmas, con Campaña en el eje, se adelanta con gol de Moleiro y se refugia en Cillessen.
El Madrid de Mbappé no arranca. Juega y acierta poco. Lo que parecía un accidente se ha convertido en tendencia con sólo tres jornadas disputadas, suficientes para que el Barça obtenga cuatro puntos de ventaja sobre el campeón. No mereció ganar a Las Palmas que sí tuvo un plan claro y bien ejecutado. Se adelantó pronto, gestionó bien sus posesiones y defendió de manera solidaria, con Cillessen para corregir al final. Ancelotti probó soluciones, pero no acertó a resolver los problemas de un equipo que preocupa.
Parecía complicado firmar medio partido peor que el despachado ante el Valladolid, pero lo que parecía un accidente se está convirtiendo en tendencia. Con cuatro cambios en el once, el Madrid recibió un tanto nada más arrancar, castigado por su falta de contundencia general, y naufragó con todas las de la ley. La valentía tuvo premio para Las Palmas, que salió a presionar alto y encontró premio en el minuto cuatro. Bastó con encontrar a Moleiro en el costado izquierdo para que desarmara a la zaga blanca, contemplativa.
No tapó bien Militao, cierto, y Tchouaméni dejó hacer en la frontal. De nuevo en el pivote junto a Valverde, el francés ni hizo progresar el juego, devolviendo siempre atrás con pase de seguridad, ni taponó en las salidas de Las Palmas a campo abierto. El misterio rodea a Aurelién, que parece atenazado por la responsabilidad de llevar el juego. No es justo tampoco cargar el peso sólo en él, porque salvo Valverde y Lucas nadie rindió a su nivel. Lo más llamativo, Vinicius, que inició en la izquierda de la línea de tres. Ni amenazó ni sumó en defensa. De hecho, tres salidas de Marvin para colocarse en dos contra uno frente a Mendy obligaron a Ancelotti a reformar a su equipo, llevando a Brahim a ese sector.
No remataron con peligro en el primer tiempo ni Vini ni Mbappé, al que le buscan siempre en largo. Remataron con peligro Valverde, en un libre indirecto, y Rüdiger, ambas respondidas con dos manos excelentes de Cillessen, un portero siempre fiable. Mérito de Las Palmas, capaz de imponerse en la medular con Campaña en el eje y Kirian ofreciéndose para enganchar. Un equipo con tacto para mover la pelota, con las ideas claras. Un problema serio para un Madrid sin frescura.
Ancelotti lo vio tan peliagudo que, traicionando su costumbre, metió dos cambios al descanso. Fuera Mendy y Brahim, dentro Rodrygo y Fran García. Dio un paso adelante el Madrid y, por lógica, se expuso más a una contra. Se arrimó más el equipo blanco, más por arreones individuales que por acciones colectivas, pero quien generó la oportunidad más clara fue Las Palmas en un pase quirúrgico de Kirian a Sandro que el ariete no acertó a colocar en la portería tras tratar de eludir a Courtois.
Perdonó Las Palmas y se quedó sin oxígeno Moleiro, por lo que perdió amenaza. El Madrid se instaló en campo ajeno y probó distintas soluciones. Lo intentó desde lejos Mbappé, rechazado por Cillessen y malgastado por Vinicius con la cabeza. Y encontró el empate en un control orientado magnífico de Lucas que desarmó a la zaga canaria. Centró atrás, pifió el remate Vini y el control de Arda Güler, sustituto de Modric, encontró la mano de Álex Suárez. Vinicius, en su mejor acción de la noche, transformó con eficacia.
El empate con 20 minutos por delante anticipaba un último asalto blanco. Pero no. Escaso de fútbol, fue Las Palmas quien reaccionó con más claridad. Porque sabe y tiene un plan más claro. Tuvo que intervenir Courtois en una volea de Mika Mármol, de hecho. Ancelotti optó por retirar a Vinicius para meter a Endrick como rematador, y eso hizo. Apareció en el área, pero le faltó la precisión que tuvo en su estreno del Bernabéu. Así acabó un partido que el equipo blanco no mereció ganar y que pudo llevarse Las Palmas en una última acción que Viti colocó en la escuadra, pero que no subió al marcador por fuera de juego previo de Mata. Un empate discreto para un Madrid discreto.